Miserable. Así me sentí la tarde de ayer. Daba la vuelta al parque y vi desparramada la basura de un bote que se encuentra en el área de juegos infantiles. Tomé un costal y con todo el dolor de mi rodilla empecé a recogerla y vaciar ese contenedor.
Pero no me sentí “miserable” por meter mis manos entre la basura y ver cantidad de bolsas con caca de perro u observar que la mayoría de los restos que recojo son de vasos de refresco, café, platos desechables, envoltorios de comida chatarra, bolsas de hamburguesas, pollo frito… ¿cuál crisis? Es evidente que la basura también puede reflejar una realidad económica, y comer fuera, aunque sea en el parque, ¡es un lujo!
Rumiando mi coraje y mi dolor, dejé escapar mi malestar en las redes sociales contra los vecinos de Jardines de Xalapa… pero todavía no me sentía miserable.
II
Por la mañana, mi hermana me anunciaba que mi sobrino venía a Xalapa. Haciendo cálculos, dije: “Ha de estar a las 9:30 o diez horas”. Le mandé un mensaje y nada. Le llamé y nada. Más tarde mi hermana me llamaría para decirme que la carretera estaba bloqueada y tuvo que regresar a Córdoba para reiniciar el viaje a la capital del estado. ¿Bloqueada? ¿Se desgajó un cerro? ¿algún camino vecinal en malas condiciones? Pues me quedé con esas interrogantes en vilo por mi maldita costumbre de sólo esperar respuestas concretas: “Va a llegar más tarde”. Las razones, en primera instancia, no me importaron hasta que me asaltaron las dudas que líneas arriba pongo entre interrogaciones. Hasta allí, no me sentía Miserable, ni cruzaba por mi pensamiento esa palabra.
III
Un vecino de Jardines de Xalapa me precisa: “Tienes razón, en parte, porque no se puede generalizar; hay muchos vecinos que están dando lo mejor de sí para mejorar esto; no exigimos aquello en lo que no hayamos trabajado previamente; de hecho, a las autoridades les pedimos que cumplan con su responsabilidad, no con la nuestra; eso ya quedó claro en tres reuniones que hemos tenido. Recuerda también que Jardines es paso de servidumbre y hay muchas personas que pasan y dejan su basura. No pongo en duda que hay personas irresponsables en Jardines, pero creo que no se debe ser totalitario al respecto.. todo tiene su justa medida… De hecho, el problema se acabaría si se respetara el reglamento de condóminos y para allá vamos… Es legítima tu crítica, pero no generalizable…”
Me va a enviar fotos del trabajo de limpieza, chapeo, vigilancia, organización y actividades recreativas que han realizado los vecinos por voluntad propia “y puedas ponerlo en las redes también… porque si no, se sataniza una situación que a todas luces no es una realidad completa”.
IV
Llego a la casa. Acabo de vaciar ese pinche contenedor de basura y excrementos de perro. Estoy indignado. Me salpiqué la cara de agua sucia a la hora de echar el costal. Mis brazos escurrieron también de agua sucia. Digo que es “agua sucia” porque quiero pensar que es eso… Sí, estoy indignado y me dejo caer un momento en el sillón… abro el Facebook y lo primero que me aparece, una manifestación. Dicen que interceptaron al Gobernador para expresarle su inconformidad ante el papel de las autoridades judiciales en Orizaba en el caso de un muchacho desaparecido…
Llega mi sobrino. Me dice que bloquearon la carretera de Conejos… Hilo cabos. La tardanza de mi sobrino en llegar a Xalapa y el bloqueo de la carretera de Orizaba. Por ende: Me siento Miserable. Yo hago corajes por la basura, mientras una madre y una hermana claman por la desaparición de un joven.
Busco de nuevo ese video… lo veo… y observo la fecha: 24 de marzo. Intento descargar un poco mi sentido Miserable diciendo “ya pasó” pero no, es seguro que esa señora y muchacha aún busquen a su hijo y a su hermano.
Más miserable me siento cuando hace unos días, en el programa “Revisiones”, me alegraba que la situación en Veracruz, aun con cadáveres regados, no estuviera como en Jalisco… y ver el clamor de una madre y el de una hermana me hizo sentir basura, peor basura que la que recogí en Jardines de Xalapa.