«En Palacio Nacional, donde se llevó a cabo la promulgación de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información, el presídium fue de claroscuros. El presidente Enrique Peña Nieto apareció de gran humor, lo que contrastó con sus dos guardianes, los secretarios de Gobernación y de Hacienda. Dicen los que saben que la seriedad de Miguel Angel Osorio Chong puede entenderse ante los sucesos de Jalisco, pero lo que no entienden es porque Luis Videgaray traía la mandíbula como atorada. Si bien los dos estuvieron serios todo el tiempo, el jefe de las finanzas pareció enojado todo el tiempo. «No es lo que parece», agregó uno de sus cercanos, «lo que sucede es que es muy tímido». Ah, bueno». Lo comentan en «Eje central» de Raymundo Riva Palacio.