La primera vez que tuve enfrente a Erik Porres Blesa, no pude contener la pregunta y me salió de lo más natural:
—¿Eres mamón?
Su respuesta fue al tiempo exacta, precisa, perfecta.
Este sábado que volví a verlo, nuevamente como cada vez que nos reunimos, constato qué tan equivocado en mi percepción para con Erik Porres Blesa. Estaba feliz, disfrutaba al máximo el momento, su momento con Marisol de la Miyar Martínez, su ya esposa… estábamos en su boda.
II
Les llovió a Marisol y Erik en su boda. Si alguien pensó que ese gran aguacero iba a aguarles la fiesta, fue todo lo contrario, pues hizo que los convidados de esta pareja estuvieran más juntitos.
La cita, en el hotel de campo Agua Bendita, de Xico. El estacionamiento era insuficiente para dar arribo a toda una gama de invitados. Ahí estaba el Gobernador Javier Duarte de Ochoa y su esposa Karime, quien al saludo y en corto, era imposible dejar escapar dos preguntitas:
—¿Ya listo?
—¡Listo!
—¿Cuántas?
—Las que Dios quiera— y estalla en carcajadas. Quien le entendió, le entendió.
III
Me cuentan que la anécdota ocurrió en la parroquia de María Magdalena, que ya albergaba a los testigos, familiares y amigos en espera de los novios para la celebración religiosa. El primero en llegar fue Erik Porres Blesa, con un saco gris, pantalón negro y su clásica corbata de pajarito. Al recinto iban entrando los invitados y en eso, todo mundo se extrañó cuando creyó ver a la novia, sí, guapa, muy guapa, ¡pero sin vestido blanco!
Por supuesto, las dudas de inmediato fueron aclaradas: ¡Era Faby de la Miyar Martínez! ¡La gemela de la novia!
IV
En la fiesta, el hombre más fotografiado y asediado era ¡Vicente Fox! claro, acompañado de la señora Marthita Sahagún. Ver al expresidente con el sombrero de cuatro pedradas bailando, posando para la foto, sonriendo para todas las cámaras y personalidades que buscaban una foto con el personaje, dejaba en claro que de una forma u otra forma, todo mundo recordaba una cosa: Ese hombre venció al PRI en el 2000. ¡Hasta que Martitha le quitó el sombrero!
V
Por supuesto, no podía dejar de lado el toque que por un lado, los novios dieron a la fiesta, pidiendo guayabera para los varones, a los que ataviaron con sombrero de cuatro pedradas y paliacate rojo para crear un escenario jarocho; y si eso fuera poco, don Felipe Mendiola Parra le ponía sabor con unas décimas que deleitaron a los presentes. Para no abusar del espacio del editor, selecciono algunas que espero sean de su agrado:

Damas y caballeros.
Es para mí un gran honor,
Ser hoy el trovador
Y lo haré con mucho esmero,
Así me lo dijeron…
Sin que palabras ahorres
Saluda a Marisol y Erik Porres,
Que hoy coronan sus anhelos.
Con azahares y con velos
En un jardín lleno de flores.

Trataré de ser veloz
Para decirlo con arte,
Saludo al gobernador Duarte
También a Vicente Fox.
Aquí se encuentran los dos
Y también sus esposas,
Que lucen esplendorosas,
Martha Sahagún y Karime
En esta tarde sublime,
De cosas maravillosas

Erik Porres y Marisol,
Marisol y Erik Porres.
Nunca de tu mente borres
Y conviértelo en crisol
Sobre todo, gran control.
El amor resuelve todo,
Ves las cosas de otro modo.
En lo difícil de la vida
Siempre encontrarás salida
Luchando codo con codo.
VI
—¿Eres mamón?
—Ni mamón ni fresa— me respondió aquella ocasión. Y quien vio a Porres Blesa ese sábado, bailando, disfrutando, enamorado, estará de acuerdo con Erik. Bien dice Mendiola Parra: “Mi verso es muy natural / Lo digo sin hipocresía, / Porres se sacó la lotería / Pero a ella no le fue mal”… Y cómo serán las cosas, me platica esta anécdota Sergio González Levet, que cuando Marisol arroja el ramo, lo hace con tanta fuerza que quien lo atrapó, ¡fue el mismo Erik! Y eso, dicen, que es buena señal.
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