Después de entrevistar Joaquín López Dóriga al jefe de Gobierno del DF, Miguel Angel Mancera, y éste decir que no existe ninguna investigación contra Ebrard por lavado de dinero, entonces nos preguntamos ¿toda la historia que nos soltaron desce hace más de un mes sobre el edificio de la plaza de Janeiro 46, donde Ebrard renta un departamento, no fue más que un escándalo sin fundamento? ¿El famoso affaire inmobiliario «descubierto» por Milenio tenía como propósito el escarnio público? Realmente la persecución política contra Ebrard ha tomado tintes grotescos». Lo comenta Martha Anaya en «24 Horas».