El pasado once julio del 2015, cuando justamente no había quien gobernará este México, ese sábado volaban a París, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y una comitiva de 400 gorrones y que seguramente viajaban con todos los gastos pagados a costa de los impuestos de todos los mexicano; y también viajaba en otro vuelo, el Secretario de Gobernación, se ha justificado que no viajaban el mismo vuelo; y todo por un gran acontecimiento de asistir al 226 aniversario de la Revolución Francesa y que por vez primera nuestras fuerzas armadas fueran invitadas para participar en el más antiguo desfile militar que se tenga memoria. Por eso tanto Presidente de la República y Secretario de Gobernación se ausentaba de suelo nacional para atestiguar tan importante celebración para el mundo democrático. Ya que los casos de la guardería ABC, los Estudiantes de Ayotzinapa y los ejecutados de Tlatlaya, los miles de desaparecidos, secuestrados, asesinados, los conflictos de interés en relación a la Casa Blanca, ya son casos resueltos, y archivados en la cabeza de los gobernantes de México, por eso se dan a la oportunidad de viajar aprovechando los días de verano, y seguramente en fechas próximas vamos a leer en las revistas del corazón, los miles de euros gastados para la familia presidencial mexicana, que no podrían llegar a la ciudad luz, con ropas compradas de los mercados de la ciudad de México o en abono.
Pero algo estaba muy bien planeado desde hace meses, era la segunda fuga del Chapo Guzmán, el mismo que había huido de las autoridades guatemaltecas y de la cárcel de Puente Grande en los primeros meses de la alternancia democrática encabezada lamentablemente con Vicente Fox Quesada. Y luego de más 14 años administración de Enrique Peña Nieto, por obra y magia de los servicios de inteligencia es capturado el Chapo Guzmán, el hombre más peligroso y criminal del país, quién sabe quién sea más criminal si el Chapo Guzmán o los cientos de funcionarios de los tres miles de gobierno roban y saquean todos los días a México, ante la complicidad de todos nosotros. Poco a poco la noticia de la huida del Chapo Guzmán del Penal de Máxima Seguridad del Altiplano nacional, se fue convirtiendo en una bola de nieve, primero por las redes sociales, y al último uno que no fue invitado al desfile de la Revolución Francesa, tuvo que salir a dar la noticia, y confirmar de otra la victoria del Chapo Guzmán. El Secretario de Gobernación, el máximo responsable de la política interna del país, tuvo que regresar a México, se quedó con las ganas de participar en las celebraciones de la Revolución Francesa. En naciones democráticas, el Presidente de la República, también suspende la visita de Estado, la visión de Peña Nieto, fue si ya gastamos en mis 400 invitados, ya no hay marcha atrás, y que continué la fiesta franco-mexicana. Nadie le informó al Ejecutivo Federal, que para el 2016, y por esas mismas fechas los franceses seguirán conmemorando su revolución.
Unas de las grandes aportaciones de la fuga del Chapa, inmediatamente que se supo la noticia, se subieron a la red una infinidad de memes ridiculizado al Presidente Enrique Peña Nieto, a su gobierno, al sistema de justicia, hasta postulaciones para la Presidencia de la República. Hasta el día de hoy nadie le cree al gobierno federal la famosa fuga, vía del túnel construido a uno más de un kilómetro de la celda del Chapo Guzmán.
Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo” pasará a la historia no sólo como el traficante más peligroso de México, el hombre más rico, sino el más ingenioso para diseñar estratégicamente sus fugas de los “penales de máxima seguridad “ de nuestro país.
Nuestro pésimo gobernantes, deben de recordar las historias de fugas de personaje que han burlado a los sistemas penitenciado de México de todos los tiempos; quién no recuerda la leyenda mito de la Mulata de Córdoba, esta historia que aconteció en el pueblo de Córdoba, del siglo XVII, que fue belleza enloquecía los hombres criollo de dicha población, y los ofendidas mujeres la denunciaron ante el tribunal de la Santa Inquisición, y la bella mujer fue detenida por practicar la brujería, y remitida la cárcel de San Juan de Ulúa, donde un día pintó un barca, y le preguntaban qué pintas y ella respondía una barco para huir, y efectivamente lo cumplió.
Fray Servando Teresa de Mier, religioso de la orden de los dominicos, hombre de ideas avanzadas en su tiempo, insurgente, firmante del acta de independencia, fue todo un experto en huir de las prisiones de tu tiempo, no sólo de San Juan de Ulúa, sino allende de las fronteras novohispanas, su único delito fue pensar diferente.
El General Porfirio Díaz, fue todo un maestro de escapar de las diferentes prisiones donde estuvo privado de su libertad. Durante la intervención francesa, custodiado por los soldados del mejor Ejército del mundo, el francés, lograr escapar. Durante su dictadura, Jesús Arriaga, mejor conocido con Chucho El roto, destacado bandolero que robaba a los ricos para darse a los pobre, logró huir de la prisión de máxima seguridad del porfiriato, San Juan de Ulúa.
Los revolucionarios de Francisco I Madero y Francisco Villa, también enemigos públicos del sistema político vigente, fue presos, y lograron también evadir los sistemas de seguridad. En el siglo XX mexicanos también son muchos los delincuentes fugados de los más diversos instituciones penitenciarias del país, muchos de los fugados fueron recapturados.
Pero el asunto de Joaquín Guzmán Loera, en el siglo XXI, será todo un caso estudio, por sus fugas de Puente Grande en 2001 y Almoloya en 2015. El imaginario colectivo lo ve como un nuevo héroe nacional, ante los corruptos gobernantes del país; a quienes la justicia mexicanas no los ve, ni los persigue, y continúan robando al país, con todas las complicidades del sistema político mexicano.
La mejor huida con afombra roja, y toda clase de refletores, la realizó Rafael Caro Quintero, el 9 de agosto de 2013.