Comenta Martha Anaya en «24 Horas» que el presidente Enrique Peña Nieto sí tenía la pretensión de apoyar a Aurelio Nuño para la dirigencia nacional del PRI, pero fueron los propios estatutos del partido los que lo impidieron: «no había desempeñado ningún cargo de dirigencia partidista». Por ello decidió que fuera el propio Nuño el mensajero- el pasado lunes en el restaurante «Guría»-: el próximo año, después de las elecciones, el PRI tendrá su Asamblea Nacional- ya la anunció Beltrones para octubre- y harán los cambios necesarios a los estatutos. Uno de ellos es el relativo al acceso a cargos de elección popular. «No es para menos, el 2018 está a la vista y Peña Nieto quiere dejar en el poder a su propia clase política», escribe la columnista…. A ver si no les vuelve a ganar Beltrones.