Rafael Solana (1915-1992), fue un escritor con una cultura sorprendente, escribió novelas, teatro, cuentos, ensayos, destacado periodista, viajero incansable, poligloto, recibió importantes reconocimientos como lo fueron el Premio Nacional de Periodismo y el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en general, Don Rafael siempre será recordado como uno de los grandes escritores mexicanos del siglo XX.
Abundante es la obra producida por Rafael Solana, muchos de sus cuentos son maravillosos e incluso José Luis Martínez en su obra: Literatura mexicana del siglo XX, manifiesta que los cuentos de Solana, son superiores a sus novelas. Los gustos y estilos pueden variar, pero lo que resulta innegable es que Rafael Solana es un autor de culto, y como tal su obra de ser difundida y leída. Por lo antes mencionado, festejaremos el centenario del natalicio de Don Rafael leyendo y comentando una de sus grandes novelas titulada: Juegos de Invierno.
La novela Juegos de Invierno, salió publicada la primera edición en 1970, es importante mencionar la fecha de publicación, porque todo lo narrado en esta historia había acontecido apenas dos años atrás, cuando se celebraron en Grenoble, Francia, los Juegos Olímpicos de Invierno y en México los Juegos Olímpicos de 1968.
Rafael Solana aprovechando el contexto antes mencionado, escribió esta novela magistral que desde mi punto de vista puede ser considerada la novela oficial de los juegos del 68, y, tal vez, por lo de oficial ha sido poco leída y valorada, pero después de leerla, analizarla e investigarla, podría decirse que Don Rafael, pretendiendo o no, realizó una crítica de todo lo acontecido en torno a los juegos, incluyendo la matanza perpetrada contra los estudiantes en 1968.
Don Rafael Solana noveló, lo que bien pudo ser una crónica, utilizó como pretexto el conflicto del 68, para contarnos desde muy adentro, vivencias, viajes, historias, libros, ciudades, reuniones, y sobre todo los opulentos gastos muchas veces innecesarios, que se realizaron en la organización de los juegos olímpicos. Si la novela pretendió solo describir la gesta olímpica, al final el arte nunca traiciona a la verdad, y Don Rafael a través de Juegos de Invierno, desnuda gran parte de todo lo acontecido en el 68.
Juegos de Invierno es una crónica novelada, Don Rafael fue un hombre cercano al sistema, esto no debe demeritar la grandeza que tuvo como dramaturgo y cuentista, pero la verdad aunque a veces incomode debe ser dicha, es importante aclarar que en Juegos de Invierno, Don Rafael solo narra con su brillante pluma y desde su experiencia personal, los sucesos históricos de la época.
En la novela se encontrarán con historias de viajes donde el escritor nos hace conocer ciudades y parte de la cultura de ellas, el ejemplo es cuando Luis Sánchez viajó a Grenoble, Francia, donde se celebrarían los juegos de invierno en ese mismo año 1968. Luis era de los pocos empleados mexicanos que poseían una amplia cultura, la mayoría de los altos funcionarios de Gobierno que fueron a Francia, se dedicaron a beber buen vino, excelente comida, disfrutar de mujeres hermosas, etc. Luis sin dejar de disfrutar lo antes señalado, también aprovechó el tiempo para aprender e investigar sobre grandes autores.
De todos los funcionarios que viajaron a Grenoble, solo Luis sabía que en esta ciudad había nacido el gran escritor francés, Stendhal. Luis fue a visitar al profesor Del Litto, quien era un especialista en la obra completa de Stendhal, cuando se reunió con el profesor, este le dijo:
“-¿Viene usted de México, señor? ¿Es allá conocido nuestro gran escritor? –En México, señor, hasta ahora en que se ha hablado en la prensa de los juegos Olímpicos de invierno, el nombre de la ciudad de Grenoble no era conocido sino como el de la cuna de Stendhal; ninguna otra cosa sabíamos de este lugar. – ¿Y le han leído allá? ¿Hay traducciones? –Se le conoce y se le admira tanto, que algunos escritores firman con seudónimos tomados de sus libros; hay quien se ponga Fabricio del Dongo, y creo recordar que un distinguido poeta, Efraín Huerta, firmaba crónicas de cine con el falso nombre de Julián Sorel. Y entre los estudios sobre Stendhal hechos y publicados allá, sin duda es muy importante el de don Jaime Torres Bodet.”
Luis Sánchez si bien era un alto funcionario mexicano, era alto en el sentido de sub-jefe, es decir, quien realmente trabajaba y hacia lo que al jefe le correspondía, pero a los actos protocolarios donde se toman las fotos que salen en los periódicos, y donde se daban los discursos, se celebraban las grandes cenas, y hasta se repartían guapas edecanes, a estos eventos Luis por muy jefe que era no podía asistir, pues no estaba a la altura de las majestades que presidian esas reuniones, esos foros, esas fiestas.
Con este tipo de anécdotas se va leyendo la novela Juegos de Invierno, los juegos en Grenoble, Francia, concluyeron con gran éxito y ahora todo el mundo estaba enfocado en los Juegos Olímpicos a celebrarse en México, con el transcurso de los meses el ambiente cada día se oscureció más y previo a la inauguración, sucedió el trágico 2 de octubre, en esta novela Rafael Solana a través de sus personajes se preguntaba: “-¿Y quién podría escribir esto imparcialmente, sin usarlo para aportar agua a su molino y para incensar a su propio santo?- No se ocurre quien… Pepe Revueltas, Imagínate nada más lo que diría… Rene Avilés Fabila está picado de la misma araña; también él haría un canto lirico… tal vez la China Mendoza…”
Finalmente, todos los escritores nombrados y otros más escribieron su novela sobre el 68, las tendencias son distintas, en cuanto a Rafael Solana, escribió Juegos de Invierno, la tendencia que tuvo la podrá descubrir usted mi apreciado lector al momento de leerla.

Correo electrónico: miguel_naranjo@nullhotmail.com