Sólo para poder decir dentro de 20 años ¨se los dije¨ y nadie me hizo caso… porque ya se que es un ejercicio inútil en un país tan bárbaro y atrasado como el nuestro escribir sobre este tema: La cuarta revolución industrial.
Hay siete tendencias que regirán las líneas de producción en el mundo en el próximo siglo, comenzando con el día de hoy, tendencias para las cuales no estamos preparados, no tenemos la menor idea, y aplicaremos cuando sea demasiado tarde, en lugar de aprovecharlas y competir a la brevedad, incluso ir a la vanguardia en esta nueva revolución industrial. Se las platico para que haga coraje como yo también lo hago, cuando hasta el internet de mi casa u oficina tiene altibajos y es un pésimo servicio.
1.- El internet de las cosas: Gracias a que cada día es más barato construir dispositivos para conectarse a internet, se están creando grandes redes inteligentes, al grado que se estima que dentro de cinco años habrá 70 billones de aparatos conectados a la red. (Smart grids)
2.- Análisis de grandes cantidades de datos. (Big Data y Analytics). 70 billones de aparatos conectados van a generar una ingente cantidad de datos, generando nuevos modelos de análisis avanzado que se usará para mejorar procesos productivos, posibilitando elevar brutalmente la productividad (de quienes estén al día, no de México que como siempre seguirá atrasado). En la industria, la combinación de análisis de datos con las capacidades cada día mejoradas de los robots y de automatización y control, llevará a procesos de mejora automatizados y auto gestionados.
3.- Infraestructura de comunicaciones y la nube: Se tendrán que desarrollar nuevos modelos de sistemas de comunicación y almacenamiento de datos. La nube será mucho más grande, poderosa y segura. Ahora la sincronización de procesos productivos e incluso de atención cliente se hará entre compañías, ya no sólo dentro de la propia empresa, Ahora las fábricas trabajarán en red, así el proveedor sabrá de las necesidades de la gran fábrica que atiende al consumidor final, que a su vez estará conectada con las tiendas que entregan los productos e incluso con los puntos de consumo final, para lograr una mejor sincronización, reduciendo costos, y mejorando la atención al cliente.
4.- Logística flexible: Los cambios rápidos en las líneas de producción en función de una demanda más exigente y personalizada serán lo común. Conceptos como Robótica Móvil, impresión en 3D (incluso en los puntos de venta), módulos flexibles de producción, sistemas ciberfísicos, serán lo más común en los países de avanzada, y en los libros de texto de los estudiantes mexicanos.
5.- Inteligencia Artificial: La mayoría de las decisiones humanas podrán ser sustituidas por sistemas inteligentes que optimicen los rendimientos en tiempo real. En las fábricas, ciertos componentes de las líneas de producción reorganizarán su trabajo sin intervención humana, para cumplir los requerimientos de unidades de control superiores, que también podrán ser automatizadas. Los módulos mecatrónicos y los sistemas ciberfísicos con inteligencia propia recogerán los datos, se comunicarán en red y tomarán decisiones sin intervención humana.
6.- Robots colaborativos: En las fábricas y aún en ciertas áreas de la economía secundaria y terciaria, los robots se comunicarán entre sí, se les denominará cobots, e incluso se comunicarán con humanos. Imaginemos el efecto nada más de líneas de transporte automatizadas, que no requieran de seres humanos para manejar los tractocamiones.
7.- Impresión 3 D: Muchas piezas podrán fabricarse en el punto de consumo, eliminado transporte y logística de las piezas (sólo quedará la de los componentes de la impresión). Hoy, en países avanzados se imprime en 3 D sin soldaduras y montajes a base de sumar con un láser capas de polvo de metales, plásticos o materiales cerámicos. Ya se usa para producción real en línea de montaje, y pronto llegará a usos directos con el consumidor final.
Éstos son los retos tecnológicos más importantes que enfrentará nuestro país en las próximas décadas. Cambios en la estructura laboral, pues muchas profesiones van a desaparecer, y aparecerán otras nuevas, las cuales van a requerir profesionales que siempre estén capacitados en nuevas tecnologías, con una enorme base de conocimientos que les permitan asimilar lo nuevo en el menor tiempo posible.
Considere ud. un país dónde todavía se sigue discutiendo si los maestros van a clases o a la marcha de protesta, que es el último lugar entre los países de la OCDE en educación. Un país en el cual los maestros están molestos porque ya no pueden heredar o vender las plazas, y en el cual la evaluación magisterial y con ella, la capacitación avanzan a paso exageradamente lento. Sume todo ello, y dígame si estaremos preparados para enfrentar un futuro que ya llegó.
La solución para una población ignorante es la producción de bienes del sector primario, intensivo en mano de obra, pero en México el sector agropecuario ha sido olvidado desde 1970, es decir llevamos 45 años en el abandono del campo mexicano, mismo que es abandonado por la juventud, debido a la falta de rentabilidad del trabajo en dicha área.
El futuro nos alcanza, y nos alcanza a pasos acelerados, mientras la clase dirigente y la población no tienen la mínima idea de lo que el futuro nos depara, y por ello no hay ni capacidad para prever, planear, y posteriormente llevar a cabo las reformas de toda índole que requiere nuestra población para estar lista para enfrentar la futura competencia.
Hoy todavía pensamos que la panacea es terminar una carrera universitaria, cuando en realidad lo que se requiere son ingenierías y sobre todo ingenierías en las áreas comentadas. Pero si los jóvenes mexicanos no pueden hacer una suma de cuatro cantidades, o no son capaces de entender un párrafo que leen, la posibilidad de que asuman el reto, y lo enfrenten estudiando lo que deben, y no cualquier carrera que únicamente servirá para alimentar las hordas de desempleados se reduce al mínimo.
Las tendencias de trabajo en nuestro país muestran una orientación a empleos mal remunerados, porque la fuerza laboral no está preparada para las cuarta revolución industrial, y no podrá atender adecuadamente sus necesidades. La ventaja es que vendrán extranjeros a ocupar los puestos de mayor conocimiento y mejor pagados, ante la incapacidad de los mexicanos, y éstos seguirán ocupando puestos marginales en el mercado laboral.
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