Cuando pensé que ya había pasado la efervescencia de “Volver al Futuro”, ¡cosas de la vida! el chisme de ayer fue que ¡sí hay carros voladores!

Ha de pensar el lector que de seguro, algún país como Japón o Alemania, chipocludos en eso de la tecnología automotriz, alcanzó el desarrollo para llevar a cabo estos niveles de avanzada que sólo son posibles en películas de ciencia ficción.

¡Pues no! y aunque no me crea, es aquí, en Veracruz, en la hermosa Xalapa, donde en breve, es seguro, se dé a conocer este prodigio de tecnología.

II

He de comentar que fue fortuito que la delegada de Profeco, ahora tenga chamba extra con la nueva lista de instrumentos de medición que tendrá que verificar. Vamos, nada tiene que ver que en Veracruz tengamos carros voladores.

Y es que entre los instrumentos a revisar por parte de Profeco están los alcoholímetros y pistolas de velocidad de radar.

Aunque si nos atenemos a las normas oficiales de calibración, hemos de suponer que también entren los nuevos aparatos que se encargan de atormentar a los conductores que gustan de meter la pata al carro y vayan como alma que lleva el diablo por las calles de Xalapa.

Entonces, para quienes refunfuñan de las foto-multas, tranquilos, es probable que en breve, la delegada de Profeco revise esas cajas grises amenazantes a nuestro paso, claro, si nos atenemos a que si miden velocidad, deben ser sujetos de calibración y verificación obligatoria.

III

Ya la señora de los Números Rojos, Brenda Caballero, citó la serie de problemas que trajo consigo la aplicación de foto-multas, sobre todo en concesionarios de taxis que, al contratar choferes, éstos poco o nada hacen por conducir a la velocidad permitida, lo que ha llevado a “renuncias” para evitar pagar las multas, y desembolsos por parte del dueño de las placas.

Hubo un caso de una maestra que se negaba a pagar una foto-multa porque aseguraba que el carro, a la hora que la infraccionaban, debía de estar en su lugar de trabajo… por supuesto, de allí se desprendió dos cosas: o alguien de su trabajo agarraba el vehículo mientras ella daba clases… ¡o la maestra se iba de pinta!

Pero el nuevo fenómeno que se da con las multas es con los empleados de Gobierno del Estado…

Se dice del que trabaja en Comunicación Social que cada mañana tiene que entregar la síntesis al Gobernador, al director Pavón, al secretario de Gobierno y que, en aras de cumplir su trabajo, no se dio cuenta y ¡zaz! ¡foto-multa! y por si eso fuera poco, hasta Juicio en la DGCS para que explicara su exceso de velocidad.

O qué me dicen de los choferes que son instados por sus jefes, directores, secretarios y subsecretarios a que le metan la pata porque tienen que llegar puntuales al gimnasio… digo, a la Junta con el Señor.

IV

Pero creo que nos desviamos del tema importante de esta columna: ¡El primer carro volador en Veracruz!

Sí, parece increíble el asunto pero es una realidad.

Todo indica que el inventor de esta unidad es ¡un funcionario de Gobierno del Estado!

De acuerdo a los estudios recabados, antes, buscaba apoyo económico tanto del Gobierno como de empresas para llevar a cabo su proyecto pero no lo encontró, por lo que ahora, además de su trabajo como empleado del Gobernador Javier Duarte de Ochoa, ¡busca otra chamba!

Se trata de Armando Adriano Fabre, joven talentoso, inteligente y estudioso, que desde que se aplica en serio la foto-multa, ¡lleva más de cinco!

Por supuesto, ¿se imagina de dónde saca para pagar las infracciones? ¡exacto! por fin encontró el apoyo que buscaba para seguir sus experimentos con su carro volador… ¡los pensionados pagan! ¿Y el carro? «of-cors», tampoco es suyo… si dijimos que era inteligente como para que agarre su propio carro y lo multen.

La pregunta es si Tránsito del Estado tiene contemplada alguna sanción a los reincidentes como Adriano Fabre y otros, porque es seguro que no ha de ser el único… o mientras paguen, ¡qué importa si su carro vuela!

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