LO HABIAMOS comentado hace algunas semanas.

Armando Adriano Fabre, estaba preparando su salida del Instituto de Pensiones, luego de los graves problemas que surgieran al interior de la misma dependencia.

No pasó mucho tiempo. Las presiones eran fuertes y diversas, sobre todo, aquellas que surgieran dentro del conflicto Estado-Universidad Veracruzana.

Sin embargo, hay que reconocer que Adriano Fabre, hizo buen trabajo, aguantó mucho y cumplió, al pie de la letra, con el encargo. Las circunstancias se le atravesaron y no pudo llegar hasta el final de la presente administración, cuando menos, dentro de esta institución tan polémica de los últimos tiempos.

Quien lo releva, en la Dirección General, no es un personaje improvisado. Sabe el oficio, cuenta con experiencia y sobre todo, forma parte de un equipo político que ha venido, desde hace tiempo, trabajando conjuntamente en una sola línea política y digamos, también, administrativa.

Se trata de Octavio Gil García, quien además, formaba parte de la propia estructura del Instituto de Pensiones del Estado. Por eso, no desconoce, para nada, las funciones que este instituto tiene. Entre sus ventajas, independientemente del curriculun, es que es un hombre conciliador, tranquilo, prudente, paciente y sin duda, inteligente.

Le toca, eso sí, la parte más difícil del momento. Tendrá que entregar, con buenas cuentas, el paquete administrativo del IPE, con todos sus problemas, con todas sus desventajas en este momento de grandes dificultades con los pensionados, con quienes, está una de las más grandes responsabilidades, sobre todo, por el debido cumplimiento con cada uno de ellos, aún cuando las cuotas no alcancen para la demanda tan terrible que se ha acumulado.

En fin que Armando Adriano Fabre, por fin, desocupa las oficinas del IPE. Lo hizo en el momento justo, preciso, para salir por la puerta grande, aunque haya quienes le nieguen sus esfuerzos para salir adelante en tan delicada misión. Se va, sin duda, con grandes pendientes, pero éstos no fueron por su culpa, sino por los viejos vicios en que se ha venido debatiendo esta importante dependencia gubernamental.

Por eso, no se le culpa nada. Sencillamente, fueron los recursos económicos, los que no le alcanzaron para cubrir las necesidades que tiene el Instituto, sobre todo, en el correspondiente pago a pensionados, a quienes, por razones de trabajo al servicio del Gobierno y de los ayuntamientos, cumplieron con la tarea de laborar el tiempo requerido para pasar a ser derechohabientes pensionados del Estado, aunque haya quienes, abusando del poder, estén en este momento obteniendo pensiones elevadas, fuera de toda consideración posible, cuando en realidad, trabajaron lo mismo que tantos otros que apenas les alcanza su pensión para vivir, sin que esto signifique que lo hacen de manera digna.

En fin, que una nueva ruta comienza en el IPE.

Se espera que ésta tenga la posibilidad de cumplir con quienes dependen de una pensión, que si bien, es pequeña, tiene la ventaja de ayudar a la subsistencia familiar del pensionado.

Mientras tanto, Adriano Fabre, reaparecerá en el escenario político de la entidad, porque tiene quien lo apoye y lo conduzca con los sabios consejos de la experiencia, sobre todo, en el quehacer público.

Su salida fue prevista ante las condiciones en que se desenvolvía como Director General del Instituto de Pensiones del Estado, pero salió ileso y eso, por ahora, es lo que cuenta.

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BIEN SE DICE que el nuevo avión presidencial, adquirido con una enorme cantidad económica que supera, desde luego, los seis mil millones de pesos no es del Presidente, sino del Gobierno federal, aunque, con la salvedad de que solamente lo usa el Presidente y su familia, así como los funcionarios de primer nivel para los viajes del interior y exterior en compromisos presidenciales.

Pero eso es lo de menos, porque bien se trate de un avión de estas dimensiones como de otras naves más pequeñas como el que ahora dejará de funcionar, tienen en común que son bastantes costosos en recursos económicos que bien pudieran resolver muchas de las grandes carencias que se tienen en el país.

Las críticas que han surgido, tanto de las organizaciones políticas contrarias al partido político en el poder, se debe, sobre todo, a las condiciones tan difíciles que en estos momentos vive la economía mexicana, de tal manera que disponer de estos recursos son, en realidad, una ofensa para el pueblo mexicano que bien sabe que estos costosos aviones se pagan con las aportaciones, vía impuestos, de casi todos los mexicanos.

El Presidente, por lo pronto, ya estrenó este nuevo avión, en una viaje de corta distancia que efectuó a la ciudad de Hermosillo, Sonora, donde el mandatario nacional, acudió a la celebración del aniversario ciento uno de la Fuerza Aérea Mexicana.

El nuevo avión, como ya se ha presumido a todo el país, cuenta con los más adelantados mecanismos técnicos que le permiten largos vuelos, sin escalas, para que el Presidente, cumpla en tiempo y con plena seguridad con los compromisos internacionales, así como en sus habituales tareas dentro del territorio nacional.

Como el nuevo avión presidencial, dice el Ejecutivo federal, no es del Presidente, sino del gobierno de la República, que es lo mismo, aquí habría que añadir, que también, por definición, es del pueblo mexicano, quien, en verdad fue quien lo pagó-

Por todo lo anterior, bien podemos sentirnos todos satisfechos de que hemos estrenado avión, aunque nunca, quizá podamos verlo ni de lejos.

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CULMINO LA FIESTA de la carne y comienza la cuaresma.

Serán cuarenta días de reflexión, en la parte religiosa, pero también de una aparente larga espera del nuevo periodo vacacional, porque precisamente en los días santos, las actividades se vuelven a suspender para algunos casos, sobre todo, en las tres esferas del gobierno, aunque no en las que corresponden al sector privado.

Por ahora, con el carnaval que tradicionalmente se lleva a cabo en el Puerto de Veracruz, para algunos municipios, como son el caso de la propia ciudad de Veracruz, Medellín, Boca del Río y Xalapa, las clases en las escuelas se suspendieron con la finalidad de que los que pudieron, económicamente hablando, disfrutaran con mayor tranquilidad de estos dos días de asueto, los primeros de esta semana que ya esta por terminar.

También en las dependencias gubernamentales, se gozó de estos días de descanso, por lo que la actividad disminuyó considerablemente.

Pero las vacaciones de Semana Santa, ya están, como quien dice, a la vuelta de la esquina. Otra vez, las consabidas suspensiones de labores y el evidente retraso en las tareas oficiales. Ni modo.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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