Los domingos, ir a la Plaza con mi madre, era abastecerse de un fuerte contingente de verduras, habas, arroz, lentejas, tomate y otras cosas, para rematar con “la Bonita”, una señora que vendía los mejores tacos de cabeza en el mercado Emiliano Zapata de Orizaba.

Hoy, los domingos, ir a la Plaza, para muchas familias (sí, lo reconozco, igual me incluyo), significa ir al centro comercial de su preferencia para ir al Cine, a comer, tomar café o simplemente reunirse con los amigos, ver un partido de futbol mientras se “chelea”, o se espera a las señoras que vayan a hacer sus compras…

Afortunadamente, no todas las familias son así y hay quienes aprovechan Veracruz, para ir a Xico, Teocelo, Perote, Chachalacas o cualquier otro punto cercano a la capital veracruzana, para divertirse en serio.

II

Hace poco estuve en Ixhuacán de los Reyes, un lugar que bien merece ser llamado Pueblo Mágico. Es como si el tiempo se hubiera detenido allí. Sólo tiene un ligero detalle: El mito de la inseguridad.

Previo al trayecto, comentaban de esa leyenda urbana que se hizo en ese municipio, de que allí llegaba el Chapo Guzmán (y no precisamente Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, pues es un municipio administrado por el PAN). Incluso, hasta me enseñaron el presunto “domicilio” del famoso personaje a donde arribaban “Los Tucanes de Tijuana” y hasta los mismos “Tigres del Norte”.

Pero decía: Es sólo el mito. Al menos eso me dijo el alcalde Everardo Soto Matla, así como el Síndico Rafael Sol, que si bien, hay problemas en términos de inseguridad, éste es el abigeato, donde gracias a un sistema de radiocomunicación con sus 32 comunidades, se ataca este asunto. Sí, reconocen que por la cercanía con Puebla, es una salida (o entrada) de malosos, pero sólo como paso, no como estancia.

Ixhuacán de los Reyes tiene un excelente café, un rico pan (no PAN, porque realmente hace milagros el alcalde con su presupuesto), unos deliciosos dulces, así como un sabroso yogurth y queso. Si a ello se le suma sus paisajes verdes, sus casas, tejados, calles y la amabilidad de su gente, créanlo, un fin de semana en ese lugar, sería inolvidable.

III

¿A qué voy con estos pedazos de texto previos? Es cierto. Veracruz no vive su mejor momento en cualquiera de los términos que se le ocurra: seguridad, economía, empleos, política, etcétera… es evidente que los encargados de estos temas fracasaron. Las pruebas más recientes las tenemos con el Carnaval más triste de la historia que se recuerde; o la Fiesta de la Candelaria que lejos estuvo de ser fiesta. Y si eso fuera poco, la Cumbre Tajín va por el mismo rumbo. A un mes de realizarse, ni cartelera, ni promoción, ni difusión y por lo tanto, ni organización hay. Pero también me queda claro que hay gente que quiere, si ya no “lo mejor para Veracruz” (porque suena como spot político), sí para su gente.

Una prueba de ello es, al menos en el centro de Veracruz, el proyecto que surgió en 2014 llamado Xalapa La Región, a propuesta de la Asociación de Hoteles y Moteles de la capital jarocha que integra a unos 90 socios que se concentran en la Atenas Veracruzana, Coatepec, Teocelo, Xico, Banderilla, Emiliano Zapata, Actopan, Huatusco, Chachalacas, Alto Lucero, Jalcomulco, Perote. La unión de fuerzas y proyectos logró un incremento en la ocupación hotelera.

No es para menos, Xalapa La Región le da al turista algo que es seguro, ningún estado puede ofrecer: Montaña, alpinismo, senderismo, haciendas, gastronomía, café, religión, descenso de río, pesca y playas, con riesgo de quedarme corto.

IV

Hoy, Xalapa La Región tiene un proyecto más ambicioso: Crear un Consejo de Promoción Turística en el Estado, que haga lo que ninguna secretaría o titular de Turismo ha hecho: atender las necesidades específicas de cada región. Por supuesto, no habría cabida para los políticos, y sí para la gente que sabe del ramo: los mismos prestadores de servicios, hacerlo ciudadano pues. Reynaldo Quirarte Mora asume el reto.

Ya nos quitaron el Hay Festival… ya nos echaron a perder el Carnaval… ya nos fregaron la Candelaria… el Tajín va por el mismo rumbo… mentarles la madre es cómodo y lamentarnos es fácil. Si queremos un cambio, bien podemos empezar por nosotros mismos: menos plaza, más turismo. Aventurémonos un fin de semana a comer un caldito de borrego en Perote; unas enchiladas en Xico; unos chicharrones en Banderilla; unos langostinos en Actopan; un cafecito con pan en Huatusco; una rica longaniza y barbacoa de Alto Lucero (¡saludos Elena Córdova Molina!) o un rico coctel en Chachalacas.

La idea de Reynaldo Quirarte se me hace interesante como para expandirla más allá de Xalapa y La Región.

smcainito@nullgmail.com