Confieso que vi a pausas el partido de homenaje a Cuauhtémoc del sábado pasado, entre las Águilas del América y los Monarcas Morelia. Y lo hice más por una curiosidad insana –morbo- que por seguir un partido entre dos equipos que me generan un nulo entusiasmo, es más, me considero un anti americanista declarado y ni por equivocación acostumbro ver sus partidos, mucho menos los del equipo purépecha. Todo esto dicho por supuesto con mucho respeto para los seguidores de ambos equipos, pero si hay veces que ni los del Cruz Azul veo, mucho menos los de otros equipos. Pero el sábado pasado había que estar pendientes de la actuación del último ídolo que en verdad ha tenido el fútbol mexicano en los últimos veinte años y a decir verdad me sorprendió el nivel de juego que todavía tiene el tepiteño, todavía tiene talento para cascarear, jugó alrededor de 37 minutos aceptablemente y hasta estuvo a punto de anotar un gran gol en una de sus clásicas jugadas a las que nos tenía acostumbrados: desde la banda derecha se corrió al centro del campo -un poco afuera del área grande-, ya sabe usted esquivando dos o tres rivales y desde ahí empalmó –cacheteó- un balón con la parte interna del pie que por poco entra en la portería del Morelia sino es por el larguero, jugada típica del ‘Cuau’, de ahí uno que otro destello futbolístico, incluida la ‘cuauhteminha’, y salió en medio de una gran ovación que le brindaron los aficionados águilas. Ahora bien, hay que decir que hasta ahí se puede calificar de notable la actuación del ídolo, más no así la del Monarcas, fue un convidado de piedra que, si me ayudan, hasta en una de esas le sirvió de comparsa para el ‘chou’ al América. A Cuauhtémoc ni una barridita le hicieron, mucho menos un jalón de camiseta y ya no se diga una carga ilegal. Pero ya sabemos cómo se las gastan en esta liga dizque “premier”, en una liga seria jamás hubieran permitido su alineación en un partido oficial. Con perdón de los americanistas. Lo escribe Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.