¡Hey! me imagino que a estas alturas de la semana ya se enteró que empezó la loca carrera por sustituir a don Javier Duarte de Ochoa en el gobierno de Veracruz, que ya sabe que hay seis hombres, y solo una mujer: Héctor Yunes Landa, Miguel Ángel Yunes Linares, Armando Méndez de la Luz, Cuitláhuac García Jiménez, Alejandro Vázquez Cuevas, Juan Bueno Torio y Alba Leonila Méndez Herrera, que andan a la pepena de votantes; y que a unos días de iniciado el proceso, los spots electoreros que religiosamente se transmiten en las televisoras locales/nacionales, en los pautas de radio, portales y medios impresos, ya lo tiene art@.
También ya debe saber que la gubernatura solo será de dos años, por lo que el/la ganador(a) deberá sacar a flote toda su capacidad/habilidad política y de gestión para resolver el mar de problemas y la enorme deuda que dejará el doctor Duarte de Ochoa; además de atender o ignorar la demanda de juicio de residencia a los principales funcionarios de la administración que está por fenecer.
Ya sabe usted que en esos avatares, los aspirantes a ocupar las oficinas del viejo edificio de la calle Enríquez por promesas, amenazas, compromisos y gastos no paran. Siguen a píe puntilla la máxima del partido hegemónico en el Estados: “prometer, prometer hasta meter, y una vez metido, a ver quien cumple lo prometido.”
Por si usted aún guarda una esperanza de que los candidatos o la candidata, son más responsables de sus palabras, más respetuosos con los votantes, aquí le comparto algunas de las promesas de campaña de pro hombre/mujer que Veracruz necesita para salir de la crisis: Cuitláhuac García Jiménez, candidato a Gobernador de Veracruz por el partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), de ser electo gobernador “trabajará para combatir la corrupción y acabar con lo que está sucediendo actualmente como secuestros, asesinatos de la sociedad civil”. ¡Ah! pero espere, eso no es todo, de llegar a ganar las elecciones, reducirá su salario y el de los secretarios de despacho para ahorrar unos 10 mil millones de pesos.
Don Armando Méndez de la Luz, candidato del Partido Movimiento Ciudadano (MC), se compromete a eliminar la corrupción, abatir la inseguridad y ponerle fin a la carga burocrática de gobierno, poner las finanzas en orden, quitar a los aviadores y reestructurar la deuda. Dicharachero como es, también se compromete a impulsar la Cumbre Tajín, la Feria de la Candelaria, recuperar la Expo Flor y el Festival Internacional de Cultura de Xalapa, y creará festivales internacionales en las principales ciudades del estado.
Don Héctor Yunes Landa, candidato de la alianza PRI, PVEM, AVE, PANAL y PC, quien que se autocalifica como “Yunes el bueno” y que considera que no es el momento de la alternancia en Veracruz, apunta que de llegar a la gubernatura no permitirá la impunidad y castigará, de manera ejemplar, quienes hayan lucrado con Veracruz o cometido actos de corrupción. También será intolerante con el hambre de alimentos y esperanza de los pueblos indígenas. Su gobierno dará comida a quien tiene hambre, cobijo a quien tiene frío y un abrazo a quien está desamparado; triplicará las estancias infantiles y se duplicarán los seguros de vida para jefas de familia
Don Miguel Ángel Yunes Linares, candidato de la alianza PAN-PRD, y que se define como “el mejor”, promete crear un comando integrado con 50 elementos, capacitados en la mejor academia de los Estados Unidos para enfrentar el delito del secuestro. Como en otros gobernantes, él también solicitará a la Secretaría de la Defensa Nacional le proponga a un general del más alto rango, para nombrarlo Secretario de Seguridad Pública de Veracruz.
Lo poco que aquí le comparto, que fue tomado de algunos portales locales y nacionales, da muestra de la retórica de los candidatos, pobreza de propuestas y ausencia de originalidad. Todos, recurren a las gastadas fórmulas del acarreo, reuniones con los sectores, realización de foros para el diseño de las políticas de gobierno, lucro con el hambre, necesidades de salud, vivienda, estudios, trabajo, corporativismo, etcétera. Echan mano de anquilosadas fórmulas y viejos militantes. Le apuestan a la memoria de corta duración del electorado.
Todos sin excepción, creen tener la solución para los problemas que el anterior les dejó, lo cual quizás sea cierto, pero al ocupar “La silla”, se olvidan de las clases más necesitadas, los grupos vulnerables y las victimas de alguna injusticia. Sea porque lo urgente desplaza a lo necesario o porque, “ya metido” o lo que es lo mismo, ya con nombramiento de gobernador constitucional, deciden que los jodidos esperen, pues deben atender a los que invirtieron en la campaña.