En un momento de severa crisis económica del país, por la caída de los precios del petróleo, en donde la remesas del exterior no pueden considerarse una fuente estable de ingreso, habida cuenta del endurecimiento de la política migratoria con los Estados Unidos que podría exacerbarse si triunfa el candidato republicano a la presidencia de aquel país, el turismo es hoy por hoy, la única fuente de ingresos que depende de los mexicanos incrementar, fortalecer y consolidar. Asi tendríamos que verlo.
La “Industria sin chimeneas” es sin lugar a dudas es el atractivo que ofrece nuestro país para allegarnos inversiones, mayor y mejor infraestructura, generación de empleos directos e indirectos; un factor multiplicador en suma, de beneficio para la economía no solo de las regiones turísticas, sino del país en su conjunto por los multiples beneficios que genera.
Desde esta perspectiva, el Programa de Turismo Social que acaba de presentar el Presidente Peña Nieto, en el marco de la 41 emision del Tianguis Turistico de Mexico realizado en Guadalajara hace un par de semanas, constituirá un importante instrumento que además de buscar que los segmentos menos favorecidos puedan hacer turismo en su propio país a bajo costo, también se ha propuesto estimular a la gran mayoría de los mexicanos para que conozcan y disfruten las multiples maravillas que ofrece Mexico.
“Se trata -dijo al respecto el Secretario de Turismo Enrique de la Madrid Cordero- de que las empresas del sector, los hoteles, aerolíneas, compañías de camiones, entre otros, tengan ofertas atractivas para que los mexicanos de diferentes niveles económicos puedan viajar”.
La estrategia incluirá a todos los destinos del país y no será un programa convencional del Gobierno federal, ya que no contará con recursos presupuestales, sino que se sustentará en una dinámica de impulso y promoción entre las partes: prestadores de servicios y potenciales usuarios, y estos deberán imprimirle el ritmo que más les convenga. De tal suerte, que una parte crucial en esta estrategia involucra a los gobiernos de los estados, de los municipios, y sobre todo al sector empresarial, para que cada quien en su destino haga las ofertas que a su juicio les convenga.
El Programa de Turismo Social se basa en una estrategia win win, en donde todas las partes involucradas obtendrán beneficios: Los que menos tienen, con facilidades y precios accesibles para vacacionar con la familia; los hoteleros y demás prestadores de servicios turisticos, con la ocupación de cuartos y la generación de empleos directos e indirectos en temporada baja; y la población en general, teniendo acceso a una opción real de hacer turismo en su propio país a bajo costo, disfrutando de las multiples opciones de descanso y disfrute que ofrece Mexico con su turismo: ecológico, cultural, de playa, montaña, deportivo etc. El hecho de que cada vez mas mexicanos, de todos los segmentos socioeconómicos puedan disfrutar Mexico, acentuara además su sentido de identidad y orgullo nacional, que mucha falta le esta haciendo a la población.
¿Que hace falta para que el innovador programa de Turismo Social que a todas luces se vislumbra exitoso, tenga el favorable impacto que se espera? Le hace falta garantía de continuidad. Ya que en muchas ocasiones sustantivos esfuerzos para fortalecer la infraestructura turística del país, se han topado (no es el único sector) con el discrecional esquema de “borron y cuenta nueva” una tendencia que parecería obligada cada vez que se renueva el gobierno. Por alguna extraña razón, que no alcanzamos a comprender, en vez de que los nuevos funcionarios inicien sus trabajos valorando la efectividad de las políticas y programas vigentes, la respuesta generalizada ha sido la de desechar, sin mas, los programas vigentes para instaurar los propios.
Este mal nacional, lo advertimos no solo en el plano federal, sino en el estatal y hasta en el municipal, constituye una practica lamentable porque significa desperdicio de recursos y esfuerzos, porque echa por tierra los avances alcanzados, y lo mas importante, porque provoca desconfianza social ante los programas institucionales del gobierno en sus tres niveles.
Cuanta falta nos hace tomar el ejemplo de otros países, que respetan a cabalidad sus grandes proyectos, llevándolos a cabo hasta su terminación, sin importar que haya renovación de gobierno o del Congreso, o si estos son del mismo partido o de otro; porque mas alla de intereses políticos, privilegian los beneficios que producirá el proyecto en cuestión, sin importar que haya sido iniciado por gobiernos anteriores, y que vaya a ser concluido por gobiernos posteriores.
¿Que hace falta para que el innovador programa de Turismo Social que se acaba de presentar tenga continuidad y con ello se consolide su impacto benefico en la economía y en la sociedad? Hace falta instaurar pesos y contrapesos institucionales y legislativos que aseguren que seguirá llevándose a cabo en base a los beneficios que llegue a generar. Esto permitiría que acabe ya, de una vez por todas, el actuar discrecional de los gobiernos. Si un programa funciona debe continuar, si no, que se elimine, aunque se trate del mismo gobierno. Dejemos ya de comportarnos como un país bananero.

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