Muchos hablan de las encuestas. Unas dan por ganador a tal o cual candidato y en ocasiones fallan por dos o tres puntos porcentuales, revirtiendo incluso el resultado por ellas planteado. Hoy, en relación a la elección del próximo domingo, hay encuestas que incluso reportan un triple empate. Complejo panorama y campo fecundo para las especulaciones y las pláticas de los cafés. Pero ¿Qué es una encuesta? ¿Cómo debe realizarse para confiar en su resultado? Vamos a hablar de las encuestas y algunos detalles que el día de la votación podrían modificar los resultados por ellas vaticinados.
Vamos primero al terreno en qué se aplican. Como todos sabemos Veracruz es una entidad cuya geografía es intrincada. 212 municipios. Sus diversas regiones son extensas y la dispersión poblacional alta. Hay regiones donde aún es difícil trasladarse a ciertas poblaciones. Tal es el caso de las diversas zonas serranas, llanuras o zonas semi selváticas, por no hablar de la extensa zona costera. Adicionalmente de tal lejanía muchos de quienes ahí habitan carecen de diversos servicios, como el telefónico. Debido a la pobreza que distingue a tales regiones resulta obvio que muchos veracruzanos carecen del servicio telefónico en casa, teléfono fijo, que es en muchas ocasiones a donde se comunican las encuestadoras para aplicar sus cuestionarios. Es decir, técnicamente estoy seguro que la mayoría de las encuestas han sido aplicadas en zonas urbanas, semi urbanas o rurales de rápido acceso e incluso por vía telefónica, dejando fuera de las muestras a diversos sectores de la población de las zonas que he referido.
Una encuesta, de acuerdo a Manuel García Ferrando “…es una investigación realizada sobre una muestra de sujetos representativa de un colectivo más amplio, que se lleva a cabo en el contexto de la vida cotidiana, utilizando procedimientos estandarizados de interrogación, con el fin de obtener mediciones cuantitativas de una gran variedad de características objetivas y subjetivas de la población.” Esta es una definición que me gusta porque además de contemplar la parte numérica, no deja de lado la parte sociológica, lo subjetivo pues. Así, los temas de estudio de las mismas son de lo más variado y pasan por política, economía, población, servicios, etcétera. Dichos ejercicios se apoyan en la matemática, estadística, límites, probabilidades y muestreo. Los resultados estadísticos obtenidos sirven para establecer parámetros con ciertos márgenes de error (desviación estándar que sirve para validar y corregirla). El diseño del cuestionario y la aplicación de la entrevista resultan vitales para no sesgar el resultado y éste sea muy cercano a la realidad imperante.
Para aplicar la encuesta se requiere diseñar la muestra que represente a la población. Ahí se determina el tamaño, su distribución geográfica y el procedimiento de selección de la misma y, en el caso del muestreo probabilístico, se calculan los factores de expansión y los estimadores que se requieren para la generación de resultados. Podemos seguir detallando la parte técnica de la encuesta, pero lo importante es dejar claro que para que los resultados tengan cierta valides es necesario atender estos aspectos.
Por lo anterior, en Veracruz, una encuesta representativa debe tener preguntas perfectamente diseñadas que no provoquen sesgos en las respuestas. Y algo vital: siendo tan extenso y de difícil acceso nuestro estado es importante que las muestras poblacionales sean perfectamente integradas. Es decir, tales muestras deben contener tanto pobladores de las zonas urbanas como aquellos que habitan en los más recónditos lugares. Solo así sus resultados pueden ser confiables. Espero haberme explicado en esta parte técnica.
Ahora bien, ¿Pueden modificarse los resultados tan cerrados de las encuestas que hoy reflejan pequeñas ventajas o resultados muy cerrados? Claro que sí. El próximo domingo 5 de junio habrán de incidir en el resultado la decisión final de aquellos indecisos, el voto emitido por aquellos que por fastidio dijeron una cosa a los encuestadores y harán otra al momento de emitir su sufragio, y, por supuesto, mucho contará la movilización que de sus partidarios hagan los diversos partidos que compiten por el sufragio, sobre todo aquellos que puntean en las preferencias y tienen probabilidades de triunfo. Sobre todo en zonas rurales, el voto verde.
Lo cierto es que la decisión final radica en cada ciudadano. Por tal motivo, la encuesta final será este domingo y esperamos que la jornada se realice en armonía. El futuro de Veracruz no solo está en manos de aquellos que han pedido el voto. No. El futuro está en nuestras manos, en ejercer nuestros derechos y obligaciones, en pedir cuentas a los gobernantes, en no ser conchudos y pensar que ya cumplimos con solo votar.