Y entonces como «mágica» solución a estos sistemas solidarios colapsados, surgió en el Chile de Pinochet de 1981, el Sistema de Capitalización Individual, con aportaciones gubernamentales y del derechohabiente, que en un principio se consideró iba a funcionar muy bien y fue implementado en varios países, entre ellos México con las AFORES, con recursos al que les iba a buscar un buen rendimiento financiero, hasta que llegamos a estos días con la idea de que no funcionaron como se creía, ya que no permiten jubilaciones con un monto decoroso. Y vemos como ayer miles de chilenos en más de 50 ciudades del país salieron a marchar y a protestar porque les quieren aumentar la cuota del trabajador del 10 al 15% ya que los montos de las jubilaciones no se acercan ni al 70 ciento del último sueldo, como se les había ofertado. Y en México, igual, la SHCP está analizando incrementar el monto de las aportaciones de los trabajadores a las AFORES, de 6.5% vigente al entre 13 y 18% que propuso la OCDE.