Durante este 2016, grandes movimientos estudiantiles se han observado alrededor del mundo, si bien es cierto que en América latina, los cambios violentos, cargados de injusticias, omisiones e irracionalidad, han sido motivo para gestas de inconformidad juvenil, estas acciones rebeldes tienen grandes cargas históricas, Venezuela por ejemplo ha sido durante el año 2015 y 2016 motivo de actos de rebeldía juvenil, tras una lucha de poder por parte de Nicolás Maduro degenerando en una crisis alimentaria y de inestabilidad social, que pone en peligro a todo un país.
En el desarrollo de la humanidad parte importante de los cambios sociales han convergido en la juventud inquieta, cuya búsqueda de los ideales y bienestar social en aras de la justicia, construyen su ideal de libertad y por supuesto la Paz. Un movimiento juvenil busca siempre encontrar aquella genial utopía Amor-Paz, el joven siempre será la referencia al desagrado de lo convencional, siempre dispuesto a desenmascarar lo falso, ¿cómo un mundo puede hablar de Democracia en medio de un capitalismo exacerbado donde más y más gente muere de hambre? ¿Cómo puede hablarse de igualdad si las disposiciones gubernamentales marcan de manera tan cruenta para la juventud, las diferencias?
Las protestas juveniles revelan la inconformidad ante lo negativo de la sociedad y los deseos de mejorar el entorno. Un ejemplo más para el continente fue la desaparición de 43 jóvenes estudiantes; La desaparición forzada de Iguala en el año 2014, donde tras una serie de episodios de violencia ocurridos durante la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 en los cuales la policía municipal persiguió y atacó a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. En dicho enfrentamiento habrían resultado heridos periodistas y civiles, los hechos dejaron un saldo de al menos 9 personas fallecidas, 43 estudiantes desaparecidos de esa escuela normal rural y 27 heridos, todo desarrollado en uno de los estados donde los mayores hechos sangrientos se han narrado, reproducido y cuestionado, producto de una sociedad atemorizada y una lucha de poder entre los grupos delincuenciales, estos hechos motivaron a centenares de jóvenes mexicanos así como en algunos países del extranjero a manifestarse contra lo que ha sido la más inexplicable desaparición de estudiantes. Poco crédito se le ha dado a la intencionalidad juvenil por un cambio lleno de energía social, esa que busca desde la autenticidad la erradicación de una sociedad convulsa en el tener, dejando de lado el ser, buscando desde la inconformidad de lo negativo un mejor entorno, un mundo con posibilidades para todos.
Hemos observado que en el transcurso del tiempo han existido movimientos de protestas juveniles cuya inspiración es una conciencia filosófica y política, la cual pretende un cambio imperante en las necesidades de un sistema político cuyo mecanismo represor intimida y oprime de manera drástica la totalidad de la personalidad humana, no existe sociedad que tolere del todo el sometimiento y son las juventudes quienes reaccionan de manera inmediata, el joven busca de forma imperiosa manifestarse en sí mismo, es a través de la búsqueda del cambio, como las revoluciones sociales han generado desde la inconformidad, la rebeldía y la crítica, el avance tanto para el que es sometido como para quien somete, renunciando a ese control. Se ha cuestionado desde siempre a la juventud, considerándola como aquella que lleva los ideales democráticos y cuyos valores se contraponen con los engranes sistémicos, los cuales reacios a un cambio cuestionan la ética política juvenil; la juventud y su rebeldía buscan más allá de un poder y dominación una práctica desinteresada, cargada de opciones para una vida mejor.
Se aproximan tiempos de cambio en nuestro país, necesarios para reacomodar las prioridades de una sociedad que exige nuevas posibilidades a través de sus jóvenes, la consideración de escenarios menos cruentos, pues gran parte de la población víctima de desapariciones, asesinatos, secuestros, feminicidios desafortunadamente han sido jóvenes, mujeres y hombres; América latina requiere que, quienes les gobiernan volteen a ver a su población juvenil, el continente es un continente joven, urgen gobiernos que inserten políticas públicas que aseguren el desarrollo de sus juventudes, las garantías político-socio-culturales para una vida libre y digna, no conviene al continente seguir perdiendo a su juventud, así como no conviene a ningún gobierno hacer pensar a su población que se comenten “limpias étnicas” como las que se vivieron en Europa central (Bosnia), los jóvenes son el presente de sus naciones.
Durante los próximos años 2017 y 2018 se realizan nuevas elecciones en México, las cuales en su mayoría serán diferenciadas por la votación de una población juvenil superior a otros años, Veracruz cuenta con un padrón de votantes que está dividido por una población masculina de un 47.47 por ciento y femenina de un 52.52 por ciento, las mujeres jóvenes definirán, “si ejercen su voto” las contiendas; será importante para la sociedad del estado, reconsiderar su participación y apreciar estas estadísticas, ahora más que nunca retomar las necesidades, valorar las ventajas reales de una población joven que busca la mejora de sus oportunidades, que desean un cambio social, político y la aplicación de sus derechos humanos.

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