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Excélsior

En septiembre del año pasado, Román Torres, defensa de la selección panameña, se rompió los ligamentos cruzados. Jugaba para el Seattle Sounders de la MLS, en un partido contra el San José Earthquakes. Por recomendación médica, su recuperación duró 11 meses y lo hizo perderse el cierre de la primera fase de la eliminatoria de la Concacaf, rumbo al Mundial de Rusia 2018.

Ese tiempo de soledad, se convirtió en una tortura.

Desde afuera, todo es muy difícil”, reconoce. “He venido preparándome durante mucho tiempo para enfrentar a México, un rival que tiene grandes jugadores. Me siento bien físicamente. Las molestias ya pasaron y estoy al cien”.

Los consejos de su padre ayudaron a que Torres fuera más fuerte en su regreso.

Me enseñó que hay que sacrificarse por lo que uno quiere, a nunca rendirse ante nada”, comparte. Por eso el partido de hoy, contra México, significa tanto.

¿Qué sirvió de las derrotas pasadas? No me acuerdo de eso. Hoy vivimos el presente. Tenemos la mejor selección de nuestra historia y somos mejores mentalmente”, agrega.

Aunque Panamá no podrá contar con su capitán Felipe Baloy ni con Armando Cooper, el zaguero confía en el respaldo que tendrán de sus aficionados en el Estadio Rommel Fernández, en el que se agotaron las entradas antes del partido.

Es importante que el Rommel esté lleno, porque hay que quedarnos con los tres puntos. La Copa Oro ya pasó. El partido no es una revancha, es parte de la eliminatoria. Vamos a salir a ganar. Al arbitraje ni lo tomamos en cuenta. Es más: ni sabemos quién es el árbitro”, comenta.

El técnico Hernán Darío Gómez ha dado por descontado el regreso de Torres a su zaga central, tras la ausencia de Baloy. “Estoy en plenas condiciones”, reitera el corpulento hombre de los rizos afros, el mismo que aparece en una de las mantas colgadas en el estadio junto a Blas Pérez y Luis Tejada.

“¡Aquí se nos respeta!”. El mensaje se lee con letras grandes, en el alambrado. Los aficionados empezaron ya a jugar su partido, igual que lo hicieron los estadunidenses en Columbus, en lo que puede ser la revancha de Román Torres de vuelta en el futbol.