Fue hace un año y poco más de un mes cuando recibí una noticia muy dolorosa. Fue el 30 de octubre del año pasado cuando desayunando me encontré con Juan Antonio Nemi y me comunicó la inesperada partida de mi querido amigo Carlos Flores Lomán, la noticia me dejó helado, no lo podía creer. Sabía que andaba un poco mal de salud, pero jamás me pasó por la cabeza un desenlace así.
Carlos Fabián Flores Lomán fue de esos amigos que se encuentra uno muy de vez en cuando. Reunía muchas virtudes en su persona que hacía que la convivencia con él fuera grata en todos los sentidos: leal, brillante, culto, leído y con una plática inteligente, reflexiva, lúcida y yo diría que hasta pedagógica, a veces irónico, sarcástico, con un excelente sentido del humor, alegre, bohemio y cantador, ¡como intérprete a mi amigo Carlos nadie le ganaba!, un tipo sin par, gran bolerista, lo mismo entonaba un tango que una de los hermanos Castro. Conocía y dominaba el tema de la Revolución Mexicana como pocos, se sabía al dedillo muchos de pasajes del movimiento armado, datos, anécdotas, etc., y era además un gran aficionado a los deportes, conocedor como pocos del emparrillado y del béisbol de Grandes Ligas.
Conocí a Carlos en Córdoba a donde había llegado como vocal ejecutivo distrital del Instituto Federal Electoral. Por aquellas cosas de la vida, Carlos que estudió para médico veterinario zootecnista en la Universidad Autónoma Metropolitana –luego sacó una maestría en Administración Pública en el COLVER-, se decantó por la materia electoral precisamente en los tiempos en los que se crea el Instituto Federal Electoral y se incorpora a trabajar allá por el 92 o 93, justo poco tiempo antes de la elección presidencial en la que participa Ernesto Zedillo como candidato substituto de Luis Donaldo Colosio. En esa estructura electoral del organismo electoral en Veracruz participaban también Jorge Santos Azamar, que era el vocal ejecutivo de la Junta Local, Antonio Soberanes Shepard como vocal secretario, Ranulfo Márquez Hernandez como vocal de Capacitación Electoral y Educación Cívica, y Humberto Frutis Montes de Oca como vocal de Organización, por cierto recientemente fallecido también.
Carlos luego pasó a ocupar en la Junta Local el cargo de Vocal de Capacitación Electoral y Educación Cívica en Lugar de Ranulfo Márquez, y después asciende en la estructura del IFE ocupando las vocalías ejecutivas en los estados de Chiapas, Tabasco, estado de México y Puebla, por supuesto también en Veracruz, en donde se hace responsable de la Junta Local en cuando menos dos ocasiones alternadas.
Carlos Flores formaba parte de dos familias de notable raigambre, una de la Huasteca y la otra xalapeña. Su padre don Raymundo Flores Bernal, pertenece a la saga familiar de gran presencia en materia ganadera, la Flores Fuentes, originaria de Platón Sánchez. El querido don Raymundo fue además diputado federal y coordinador general de delegaciones de la secretaría de la Reforma Agraria. Por su parte Doña Olga, es maestra normalista egresada de la Escuela Normal Veracruzana ‘Enrique C. Rébsamen’, pertenece a una familia de gran tradición dentro del magisterio de Veracruz pero particularmente del de Xalapa, por si fuera poco, su abuelo, don Juan Lomán y Bueno, fue fundador y primer director de la Orquesta Sinfónica de Xalapa.
La muerte del entrañable Carlos dejó en la orfandad paterna a tres jóvenes mujeres, inteligentes como su padre: Lilián, Sofía y Paulina; igualmente dejó un gran vacío en el seno de su familia que componen además de sus queridos padres, sus hermanos Raymundo, Ernesto, Jorge, Olga y Guilebaldo, todos ellos gente valiosa, talentosa y muy estimada. Se extrañan de Carlos sus pláticas y reflexiones siempre agudas e inteligentes sobre el fenómeno político y sobre la cuestión social. Se extraña ese estilo que tenía para disertar y comentar la cosa pública con ese estilo sosegado que tenía que nos hacía recordar la forma de hablar del ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado. También en Crónica del Poder.com tuvimos como articulista a Carlos, en donde disfrutamos con su columna de reflexiones sobre el momento actual.
Sé que su presencia es insustituible, sobre todo por esa capacidad que tenía Carlos para abordar una plática en la que se podía hablar prácticamente de cualquier cosa. Nada de lo humano le era ajeno, y en eso precisamente más su enorme calidad humana residía la gran valía del recordado Carlos Fabián Flores Lomán, un amigo cabal y querido que extrañamos en verdad.
www.cronicadelpoder1@nullgmail.com @marcogonzalezga