Plan B

 

Por Valente Guerrero Castro

México, D. F

 

Una de las condiciones naturales de la política, y por ende de los políticos, es que se debe gobernar bajo dos condiciones básicas, con la Ley y con la autoridad moral para aplicar esa Ley, y ser además, ejemplo a seguir ante los gobernados.

El reto ahora es que día a día se acentúa más la distancia entre políticos y gobernados, y en justicia popular, la premisa es muy subjetiva y cuestionable, si roban los políticos, ¿porque no he de hacerlo yo?

Es inevitable no hablar en estos días del fenómeno social y a la vez de la impotencia que los gobernantes manifiestan, sin decirlo, de la forma en que está reaccionando el pueblo con eso del pretexto del incremento de la gasolina. En sí mismo ese hecho es lamentable y reprobable y además de políticamente injustificable, pues conlleva el mensaje de que la ingobernabilidad es evidente por más que se quiera decir lo contrario.

Declarar que no se permitirán hechos vandálicos después de 6 días, es tanto como dejar sin sustancia esa sentencia pues es evidente que el control no se tiene, por más que se tengan detenidos a los que no será fácil procesar dado lo endeble de las investigaciones.

Si de algo ha de servir este movimiento, es para, ahora sí, sensibilizar a quienes toman las más importantes y trascendentes decisiones del país. Saberse que ya no se tiene la tolerancia social para aceptar ciegamente decisiones económicas que nos afectan ignorando las necesidades, requerirá mayor imaginación para sacar adelante al país.

Lo peor es que sí de por si el PRI estaba aniquilado, con esto de haber avalado la alza en la gasolina, no le queda más que seguir lamentando el apoyo incondicional a un presidente que tiene toda la población en su contra, y que son finalmente, cómplices del mismo mal.

Es de valorarse el esfuerzo de gobernantes que aun queriendo quedar bien con el pueblo, son rebasados por los hechos y no obstante, también saldrán raspados ante la impotencia del poder Presidencial.

Lo peor para el país, es que no contamos con un líder, en ningún partido, que se le vea el tamaño para sacarnos adelante.

Ahora si estamos fregados, sí los padres ya no tienen autoridad moral al haber llevado a sus hijos a robar, si los políticos tampoco la tienen y los sacerdotes no son capaces de infundir moralidad, este país ya se chingó, por eso ahora, el pueblo va contra todo aquello que huela a riqueza y corrupción.

Lo peor es que todos quedamos encerrados en el mismo hoyo. Cambiar a los políticos tampoco es solución, ya hemos visto que todos, cuando gobiernan, se trasforman.

Sin que se justifique la acción, hagamos un alto y una reflexión profunda ante la sentencia del pueblo. ¿Si los políticos roban, porque no los pobres y miserables mexicanos?

Pobre México, pero más pobre aún, que será de nuestros nietos?

 

@valenteguerrero