De Umberto Eco: “Los libros no están hechos para que uno crea en ellos, sino para ser sometidos a investigación. Cuando consideramos un libro, no debemos preguntarnos qué dice, sino qué significa”. Camelot.

LA PARTIDA DE DAVILA (ALEJANDRO)

Hace un par de días, al contactar con el Fiscal Alejandro Dávila Vera, me dio la mala nueva. Dejaba ese puesto, por los relevos que llegan en una nueva Administración. Los cambios suelen ser así. Dávila llegó a esta oficina sede en Córdoba, en marzo de 2014, casi tres años lidiando contra la maluria, aplicando la ley, buscando recovecos para que la ciudadanía viviera en paz. Una dependencia donde hay que andar a las vivas. Por todo lo que aquí ocurrió y al parecer, con la mano del nuevo gobernador Yunes, están aquietándose esas aguas revoltosas. Coincidimos algunas veces, una última fue cuando me invitó para mostrarme las oficinas de la subfiscalía en la cordobesa calle 9, allí fui con el Notario Alejandro Herrera Marín y nos fue explicando paso por paso lo que hacía su gente, la cual lo respetan, porque todos le llamaban maestro. No sabía quien esto escribe de su admiración por los pintores, me dio pormenores del artista plástico jalapeño, Emmanuel Cruz, que a su corta edad había fallecido por un accidente en casa, al resbalar de una escalera. Vi su obra y Dávila me hablaba de sus exposiciones en las bienales y por el mundo. Cubículo por cubículo vi el trabajo de su gente, de Clarisa, eficiente funcionaria, de todos ellos que seguro lo van a extrañar, porque es un gente que siempre los trató con respeto y afecto. Sabia de la función de cada uno y los alentaba. En el área de Procuración de Justicia, Alejandro ha sido de todo. Por veintitantos años siempre cumpliendo sus encargos, porque la gente honesta y buena así es. Ignoro qué le depare el futuro, pero aquí deja amigos que le respetan y le estiman. Suerte, Alejandro.

EXTRAÑO A PEDRO (LIABENY)

Ayer, como las llamadas internacionales son baratas y casi de gorrita café, gracias a la Reforma de Peña Nieto, marqué a España. Sucede que una noche anterior, platicando de hoteles con un amigo, hablábamos del Liabeny, el gran hotel de la madrileña calle Salud, pegadito al kilómetro Cero y a la muy peatonal calle del Carmen, en Plaza Sol. Como extrañaba a Pedro Martínez. El jefe de Conserjes, le marqué al 34 915 319000, y rápido me pasaron a la consergería. Le escuché como siempre, contento y atento, me agradeció porque llega algo de gente a las que recomiendo ese hotel, de 4 estrellas, o quizá algunos lectores se lancen al grito de tomar Madrid, muy céntrico, pegadita está la Gran Vía, y a pocas cuadras el restaurante La Bola, en la calle del mismo nombre, de la bola, donde se come el mejor cocido madrileño del mundo, tiene al paso dos tiendas del Real Madrid y un Corte Inglés, sobre todo ahora que el pelos de elote Donald Trump apanica con que, si les visitamos, nos va a revisar celulares y carteras y lo que se les pegue la gana, pues bye, bye Nicanor. Hablé con Pedro del Real Madrid y de la gente de esta zona que allí llegan a hospedarse. Pedro consigue desde boletos de primera a los juegos del Bernabéu, hasta un avión si pretendes alquilarlo, o boletos del ADO madrileño, entradas a los toros, teatros y los mejores restaurantes, por él conocí L’ Hardy, uno de ciento y pico de años (1839), con meseros de librea, muy atentos, dos pisos donde la cocina europea y española se engrandece, allí cerquita, en la calle Carrera de San Jerónimo 8. Esa vez deambulaba solo, pero me quedó tan buen sabor de boca que, cada que voy a Madrid, chulona mía, llego a ese vergel del buen comer.

EL BUEN SABAS

Sabas Flores Mora tiene un alto curriculum en el área de la Comunicación Social. Periodista, escritor, relator de anécdotas y amigo de los desayunos en Córdoba, en Manolos del hotel Virreynal, cuando nos reunimos un grupo de notarios, abogados, periodistas y croniqueros y hasta los sin chamba. Ha agarrado nuevo trabajo como director de Comunicación Social en Nogales, aquí nomás tras lomita, donde no se ve Dolores, Hidalgo. Un acierto del alcalde, Antonio Bonilla Arriaga. Sabás, que es panista y trovador de veras, pisa esa cancha de comunicación social por cuarta vez, fue el primer director de Comunicación Social del primer gobernador panista que llegó por los votos, no por las concertacesiones, en Baja California, Ernesto Ruffo Apel (1989), y también algún día lo fue del Ayuntamiento de Córdoba con Croda de la Vequia, y en San Andrés Cholula, Puebla. En estos tiempos, en que todo mundo quiere que la información de los ayuntamientos emane bien, Sabás seguro cumplirá con su trabajo, eficiente y honesto. Es un buen amigo y a los buenos amigos hay que desearles suerte, cuando van a nueva encomienda.

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