La diferencia engrenda odio. Camelot

SE VA MARZO (DE LA ALDEA)

Como una pelota de béisbol, cuando se va del parque en un jonrón, se va el mes de los idus de marzo. El de las tragedias, el de los ataques a periodistas, pero también el de las detenciones a picudos, que antes vivían la vida loca, como Ricky Martín. Asombra el país, cuando un Fiscal de Nayarit anda de maloso en el trasiego de la droga. Ver para no creer. Un mal Juez Porky se fue por la puerta de atrás, al basurero de la historia, para entender que este país debe cambiar y evitar los cochupos, como se sospecha que aquí ocurrió. Cuando los ataques a las mujeres deben ser condenados por todos, Tirios y Troyanos. Para entender que todo debe cambiar, empezando por ellos, los encargados de aplicar justicia. A este Juez, de cuyo nombre no quiero ni acordarme, le fue como en feria por la actitud de las redes sociales, que lo hicieron cera y pabilo y le exhibieron hasta a su familia, metiéndose en la intimidad. La Judicatura le aplicó tarjeta roja. Otro pez gordo cae, Mauricio Martín Audirac, que un tiempo reinó en el Orfis, que no sirve para nada, y otro tiempo andaba en los cajones de Finanzas en el duartismo. Uno por uno, aunque los críticos mordaces cuentan que, cada que cae un suceso malo, como el proditorio atentado al periodista de La Opinión de Poza Rica, el gobierno emplea el esquema de apañar a un maloso, para compensar el marcador. Hacer como jugada de ajedrez. Y lo que decía un experto jugador: “El Ajedrez moderno está demasiado preocupado con cosas como la estructura de Peones. Olvídenlo, el Jaque Mate termina la partida”. Ahí termina todo. O como decía el gran Bobby Fischer: “En el ajedrez hay dos tipos de jugadores: los buenos y los duros. Yo soy de los duros”. Ahora todos recuerdan aquella aportación de 60 kilos que JDO envió al auditor de auditores y, cuentan los que saben y sospechan de estas cosas, que el buen Audi se los apañó a su bolsa, un pellizquito al cajón, para no matar al mensajero. Tantas cosas que gravitan del pasado. ¿Y quiénes siguen?, se preguntaba ayer un picudo personaje del pasado. Ni idea, pero que el carrusel va a seguir, como la rueda de la fortuna, seguro que sigue. Sube y baja.

HACE UN AÑO EN BUENOS AIRES

El Facebook nos hace recordar cosas del pasado, de hace un año o dos y a veces hasta cuatro. Publica en tu privado, para que te acuerdes, dónde andabas en ese tiempo. Hace un año, quien esto escribe andaba por Buenos Aires, Argentina. Rememoro un escrito.

EN LA CALLE FLORIDA

Llego a la calle Florida. Quienes han venido a Buenos Aires la conocen. Voy a Wikipedia: La calle Florida es una peatonal de la Ciudad de Buenos Aires que comienza en la Avenida Rivadavia y termina en la Plaza General San Martín. Es reconocida como la calle comercial más importante de la Argentina. Aquí nadie pasa, solo peatones. Tiene en la esquina de la calle Córdova su Galería Pacifico, un Mall como los gringos o europeos. La camino, cruzo hasta la calle Corrientes, paso el 348, como el tango, segundo piso ascensor, ahí la tienen como reliquia ese número del tango. Hay tiendas de todo, perfumes, maletas, ropa de Zara de Amancio Ortega y todas las marcas deportivas, Nike, Adidas, tiendas donde proliferan los uniformes de la selección argentina, con Messi, al que no terminan de entender ni querer. Un mesero me dio sus razones, lo comparan con Maradona y le echan en cara que no ha ganado ningún Mundial, y que en la final pasada frente a los alemanes, se achicó. Les digo lo que sé, que Messi se fue de chico, once años, y los de Barcelona lo sienten más de ellos que los pibes. Y una prueba de su comportamiento ahora es que los seis puntos de clasificación, sin Messi quien sabe si lo hubieran logrado. Entonces se callan. Llego a la esquina de Florida y Córdova. Hay un café. Un saxofonista, músico urbano toca una de Frank Sinatra, ‘Someday’. Me siento y pido un café. Son las 12am, la gente camina sin cesar, ríos humanos y bellas chicas argentinas. Afina su saxofón y comienza su recital, le doy su propina, agradece. Pido al mesero me tome una foto y él saxofonista posa, como si la tocara para quien esto escribe, ‘Fly me to the Moon’, otra de Sinatra. Oferta y vende sus Cds, le compro uno, es jazzista y me dijo que algún día conoció Baja California, México. Pantalón blanco, como pachuco, zapatos blancos, camisa floreada, como de Miami, gorra de marinero, hace que la gente se detenga y llama la atención de muchos niños, cuyos padres les dan billetes y los echan a una gorra. En Argentina no hay monedas. No me han tocado cinco, casi ninguna. Pregunto, dicen que escasean y cierran las cantidades para no comerciar con monedas. Su billete de 100 pesos trae la efigie de Eva Perón. Su madre, la mujer que más aman y amaron. Pregunto cómo le llaman aquí a los baños, en España son aseos, en Estados Unidos WC y en México baños. Tienen otra acepción, Biorsi, así, que es un retrete o un baño. Se aprende viajando, alguna vez Luis Gutiérrez Príncipe, argentinófilo me contó que aquí, después que les das las gracias, responden ‘No, por favor’, es cierto, ahora lo noto. Camino a la Casa Rosada, la sede del presidente, allí donde está el balcón de Eva Perón y ahora, desde 2001 tienen cerrado todo porque les ha dado por andar queriendo tomar palacio, y frente las Madres de la Plaza de Mayo, que viven por descubrir dónde la dictadura militar enterró o desapareció a sus hijos, escena como los 26 mil que en México nunca han aparecido. La Casa Rosada es así porque la piedra es rosada, de cantera, por la tarde noche se ve excelente, tomo unas fotos, poso en una. El presidente Macri anda por el mundo, nos toca que salgan los cadetes a arriar la bandera, a las 7 de la noche. La vemos, bandera chica, nada que ver con la gigantesca nuestra de la Plaza de la Constitución, termina el acto y a caminar el regreso. Tienen su Metro pero no llega a todos lados.

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