*De Amado Nervo: “Si vivir sólo es soñar, hagamos el bien soñando”. Camelot.

MESA CORDOBESA

En torno no a una mesa de cantina, mañanera en restaurante Manolos, del hotel Virreynal, donde cerca se firmaron los Tratados de Córdoba, aquellos que O’Donoju y el emperador Agustín de Iturbide, desanudaron para que la Independencia se consumara. Allí donde gobierna un alcalde, cuyos tinacos que paseaba por la ciudad le han creado una revuelta como la de los franceses, al menos de los priístas y morenos que le hacen el fuchi. Tomás Ríos Bernal embellece como puede Córdoba, una ciudad que hierve, no solo por las candidaturas del primer domingo de junio, hierve por la canija calor, que hace que todo sude, como diría Minga, una gente de mi pueblo. Nos convoca a lidiar con valor y a los huevos revueltos y las gorditas y memelas, el notario Alejandro Herrera Marín, hermano de Juan, un tiempo mano derecha o izquierda de Miguel Angel Yunes Linares, el otro era Enrique Ampudia Mello, el Ampudia que todos llevamos dentro, un Sherlock Holmes que salió disparado de Xalapa, cuando el PRI mordió el polvo y el infortunio llegó a la Casa Duarte, tradúzcase Casa Veracruz. De 9 a 10 y media de la mañana, porque hay que trabajar, los contertulios eran, Luis Stadelmann López, hermano del exalcalde Emilio, que lleva doble cobertura familiar en los candidatos del PRI y PAN/PRD, por lo López y lo Coll, Manolo Sánchez, de la Comisión de los Derechos Humanos, a quien siempre llevamos por si alguien tiene que defendernos, como el Chapulín Colorado. El siempre pensante e inquieto Jesús (Chucho) Perroni, expresidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), quien me hizo ver que, cuando escriba de Capufe, con su terrible, mala, cara y llena de baches autopista de Capufe, les haga saber que unos vibradores que pusieron en diversos tramos, son como el Orfis, no sirven para nada, solo para gastar las llantas. El Notario Carlos Córdova, de la Notaria 28 de Paso del Macho, Pierrot Uribe y quien esto escribe. Nos faltaron el transportista Carlos Demuner Pitol, el periodista Alfredo Ríos Hernández, Cristian Betancourt, que anda ocupado con chamba, ese hombre le hace a lo que López Obrador pide, trabaja desde las 5 de la mañana hasta que el cuerpo aguante, y Sabás Flores Mora, que no llega porque atiende asuntos de prensa del Ayuntamiento de Río Blanco. Sabás tiene el record y la medalla a la patria de haber sido el primer jefe de Prensa de Comunicación Social del primer gobierno panista en el país, el de Ernesto Rufo Appel, en Baja California, que también es pueblo.

LOS 3 MIL DEL TEC

Allí todos hablamos de las elecciones, de las dos ciudades, Córdoba-Orizaba, que son ciudades que son como hermanas, y que los y las candidatas buscan el trono de ese poder municipal, con sus regidores y directores y todo lo que impacta presupuestos altos para embellecer las mismas, hablamos de por quién votar y quién daba miedo, las elecciones se aprietan, a menos de diez días de cuando se dé el conteo final y los electores salgan a las urnas y a corretear mapaches ese día, y a combatir urnas embarazadas y ratones locos, y esperar allá a las 7 de la noche que, a boca de urna, salgan los resultados de quién gana, el mundo municipal ya no será el mismo. Se cumplen funciones y se esperan expectativas. Ayer mismo tomé un café pendiente y programado, con el padre del candidato PAN-PRD, Walid Zairick Salomón, amigo de muchos años, un tiempo compañero en aquella campaña política de 1994, la distancia de por medio nos había alejado, viviendo en la misma ciudad y con la misma gente. Amigo de correrías y platicas y de viajes a Las Vegas y a San Diego y a otras partes gringas a las que ahora da miedo ir, porque el mismo Trump espanta, aunque lo haya bendecido con cara seria el Papa Francisco. Su hijo candidato se trepó a los cuernos de la luna, con la campaña de Macri, el spot que se fusilaron y que le dio más publicidad que cien mil spots contratados. Y gratis, todo ello. En Plaza Faro veíamos pasar el tiempo y las multitudes. Orizaba está de gala, hay 3 mil jóvenes estudiantes de Tecnológicos del país, que vienen a eventos culturales y creo que deportivos, y los camiones irrumpen en esta ciudad bella. Ayer mismo cientos de ellos bajaban al Poliforum, otro centro rescatado para la ciudad, tomaban café y recorrían sus museos y sus pasillos que, algunos parecen del Medioevo. Esta es una ciudad de primera, limpia, con sitios turísticos, con un Teleférico de lujo, ayuda mucho a la zona este evento. La hotelería, llenísima, la restaurantería, por igual, han tenido que ocupar cuartos de hoteles cordobeses, porque la capacidad nuestra es rebasada. A los agentes de Tránsito una recomendación, trátenlos bien, cuiden el turismo, no los vean tan feo con cara de querer morder. Sonrían, como dice su slogan, que están en Orizaba.

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