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EFE

Los Warriors de Golden State recuperaron la corona de la NBA impulsados por un baloncesto ofensivo imparable, con el alero Kevin Durant como figura incuestionable, el base Stephen Curry cada vez más estrella y el veterano escolta Andre Igoudala como apoyo excepcional.

Del techo del Oracle Arena de Oakland cayó una lluvia de confeti dorado que bañó a los Warriors para celebrar su victoria por 129-120 sobre los Cavaliers de Cleveland en el quinto partido de la serie final, que ganaron por 4-1.

Tras el colapso histórico de la pasada campaña, cuando desperdiciaron la ventaja de 3-1 que tenían también sobre los Cavs, los de Golden State cerraron esa herida con la aportación decisiva de Durant. En su espectacular primera temporada con los Warriors, logra el deseado anillo de campeón de la NBA por el que se fue el año pasado de los Thunder de Oklahoma City.

“Es un gran grupo de chicos, comunidad, estadio, seguidores”, declaró Durant, que aportó en el quinto partido 39 puntos y siete rebotes. “Estoy muy feliz por formar parte de esto. No puedo esperar para celebrarlo con mis compañeros en el vestuario”, dijo aún en la cancha.

Curry aportó un doble-doble de 34 puntos y 10 asistencias y para los Warriors es el segundo título en tres años.

Durant convirtió 14 canastas de 20 tiros de campo y Curry, elegido dos veces MVP de la liga y que tomó un papel secundario mientras la nueva estrella se adaptaba al equipo, terminó una brillante temporada, sin las lesiones que le persiguieron en 2016 y que le costaron el título al equipo.

El alero estrella LeBron James, quien derrotó a los Thunder de Durant con Miami en 2012 en la otra final que disputó el alero, aportó un doble-doble de 41 tantos y 13 rebotes, más ocho asistencias, insuficientes ante el mejor juego de equipo de los Warriors, que dieron una gran lección de baloncesto espectáculo.

Una racha de 21-2 en el segundo cuarto resumió de la forma más brillante lo que son capaces de hacer los Warriors, aunque tuvieran enfrente a los campeones de liga.

Al concluir el partido el propio James se rindió ante la evidencia de los hechos. Reconoció la superioridad del rival y admitió que, ni siquiera dándolo todo en el campo en los cinco partidos disputados, había podido evitar la derrota de los Cavaliers.

“Lo di todo en la pista en cada juego”, dijo James con resignación, después de haber logrado promedio de triple-doble durante las finales.

Pero cuando más necesitó de la ayuda de sus compañeros, James la encontró solo a medias; y muy poca de otro hombre clave, el ala-pívot Kevin Love.

Tras una brillante actuación de 40 puntos en el cuarto partido del pasado viernes, el base Kyrie Irving se quedó con 26 tantos, con 9 canastas de 22 tiros de campo.

‘King’ James cedió el trono a Durant, que con todo merecimiento recibió el premio de Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales de la NBA 10 años después de salir elegido segundo en el sorteo universitario, superado por el expívot Greg Oden, uno de los más grandes fiascos del baloncesto profesional.

Durant creó juego por la izquierda, la derecha y el centro, anotó triples, puso bandejas y firmó mates.

Al inicio del último cuarto, encestó desde cinco metros tras un giro, superando a James, y después dio una asistencia en una canasta de tres puntos de Andre Iguodala que ayudó a los Warriors a alejarse en el marcador y avanzar ya con seguridad hacia el título.

Iguodala, ganador del premio MVP en las Finales del 2015, volvió a destacar con su mejor marca de los ‘playoffs’, 20 tantos saliendo desde la banca, en un enfrentamiento exigente y ajustado.