El grupo de militantes priistas que exigen acabar con los «dedazos» en las candidaturas, aseguraron que imponer una candidato de la cúpula para el 2018 sería colocarle una lápida al PRI y abrirle la puerta a Morena. En una reunión convocada por Ivonne Ortega, dijo que el PRI ha perdido rentabilidad electoral, y que de no escuchar a la militancia y a la ciudadanía, el partido difícilmente gana una elección». La nota es de Jannet López en «Milenio».