Mi insistencia en escribir sobre la descomposición social y política de Venezuela a algunos les parecerá una obsesión, sin embargo, cuando la realidad de esa nación hermana sigue dando de qué hablar, no nos queda otra a los analistas seguir comentando sobre el tema.
Ahora, el tema de la semana es la fraudulenta elección de los Asambleístas que irán a la llamada Asamblea Constituyente, no nos queda claro, si para crear una nueva Constitución o para reformar la de 1999 promulgada por Hugo Chávez-
Al margen de si Maduro, como Presidente de la República, tiene o no facultades para convocar a esta elección, es de analizar el supuesto resultado.
Veamos, trascendió en CNN que el Consejo Electoral de Venezuela estableció 24,000 Centros de Recepción de Votos (casillas) , y que el número de electores que participaron en la elección fue de 8 millones 89 mil 320, lo que da como resultado que en promedio ejercieron su derecho 337,055 electores por casilla, lo cual resulta extremadamente fantástico, increíble y por demás fuera de toda lógica y proporción, pues si en un alarde de eficiencia cada elector utilizara 1 minuto para ejercer su voto, durante las 24 horas del día, de las 0 a las 24 horas, solo podrían votar 1440 personas. Lo que denota, a mi entender, el enorme fraude solapado por el Consejo Electoral Venezolano cuya Presidenta no tuvo vergüenza al salir a dar estas cifras a la prensa nacional e Internacional… en México diríamos “Que se lo crea su abuela” o su Chin….M.
Antes de tener que lidiar con los que argumentaran que más descaro no puede haber en México y el PRI con los fraudes electorales, donde votan hasta los muertos y a veces salen más votos que electores, diremos que en nuestro país se ha cuidado ese aspecto al establecer en 750 el número máximo de electores que pueden sufragar por cada casilla, proporcionando únicamente ese número de boletas por casilla más un 10%, para resolver temas que se puedan sucitar durante la jornada electoral, de tal suerte que, de aparecer más de 750 votos en una casilla, esta puede ser impugnada, con altas posibilidades de ser anulada.
Por ello, como decía en principio, más allá de la legitimidad o no del proceso y de los más de 10 muertos de la oposición durante la jornada y más de 100 desde que iniciaron las protestas, que el gobierno venezolano pretende negar, los resultados exorbitantes, desproporcionados y fuera de toda lógica, dan mucho de qué hablar y dejan, además, mucho que desear sobre la legalidad y legitimidad de la elección. De ahí la respuesta de la Comunidad Internacional, México incluido, que desconocen como válido el proceso en comento.