¡Qué pinche suerte, es poco el amor y qué manera de desperdiciarlo, qué historias!
Rafael Márquez Álvarez, el fino defensa central mexicano, más con el perfil de lo que antes de los ‘carrileros’ se les llamaba líberos, es decir, un defensor, central, que de vez en cuando y cada vez que la posesión del balón se lo permitía, se agregaba al ataque, al medio campo y a veces a los terrenos defensivos del equipo contrario, es de los pocos jugadores del fútbol mexicano a los que admiro y reconozco un talento para el ‘juego del hombre’ como pocos. Un hombre ejemplar en las canchas mundiales.
El otro futbolista mexicano al que he admirado es Hugo Sánchez Márquez, porque más allá de su personalidad egocéntrica y envanecida, al ex universitario había que reconocerle su mucho carácter en el terreno de juego y su fuerte presencia dentro del área chica enemiga. Fue un efectivo rematador, le pegaba a la pelota lo mismo de zurda que de derecha, gran jugador sin la pelota, es decir, atraía la marca de una manera efectiva, sabía moverse, y fue de esos tipos que nunca se achicó al castigo, por el contrario, la fuerte marca lo hacía sublimarse y ahí están para la posteridad, nada más, sus cinco pichichis en la fuerte y competitiva liga española, algo que se me antoja difícil de superar por cualquier otro jugador, ya no digamos mexicano, latino. Pocos, solo uno que otro de la talla de Messi.
Sin temor a equivocarme, en este devaluado fútbol mexicano, para un servidor los que están en la cima por su categoría y calidad son, en ese orden: Rafael Márquez Álvarez y Hugo Sánchez Márquez. Y es que el fútbol local no es un fútbol de élite. Por más que tengamos ‘figuras’ como Carlos Vela, a Javier Hernández o a Luis Raúl Jiménez, que se me hace un rematador efectivísimo, la verdad es que nuestro fútbol es de media tabla para abajo. Estamos muy por debajo de los argentinos, de los alemanes, de los españoles, de los italianos y de los uruguayos, y también están por arriba, a lo mejor por poco, los chilenos y los colombianos. Para colmo, con Osorio, que confunde al balompié con una ciencia, se ve difícil que México logre algo trascendente en Rusia 2018. Para qué nos hacemos guajes.
Pero concentrándonos en Rafa Márquez y este penoso y trago amargo por el que está pasando, la verdad es que nos tiene un tanto abrumados casi al punto del desaliento. Haya sido como haya sido, confiamos en que lo que hay es un malentendido, y en última instancia una relación peligrosa entre terceros de la cual no estaba enterado el futbolista (me refiero entre una de sus fundaciones con el narcotraficante señalado). Ojalá Rafa logre salir de este enredo lo menos golpeado posible. Rafa es un futbolista admirable, lo recuerdo desde que debutó muy joven en los esmeraldas del Atlas.
Más o menos en esos años también debutó otro jugador excepcional, Guardado, que con 20 centímetros más de estatura hubiera estado a la altura del que usted me diga. También tengo buenos recuerdos de Juan Pablo Rodríguez, el famoso ‘Chato’, de pierna muy educada, igual, con 20 más no hubiera habido quién lo parara, en esa generación también me agradaba Daniel Osorno, pero bueno. A Rafa lo pongo a la altura de los históricos en la defensa central: Boninsegna, Maldini, Puyol, Ruggeri, Hierro, Blanc, Cannavaro, Gentile y Koeman, jugadores con mucha clase que imponían su categoría en el área central, capaces de ordenar el juego ofensivo desde su área y de sumarse al frente como un atacante más.
Rafa ha participado en 4 mundiales y anotado goles en 3. Estaba a las puertas de su quinta justa mundialista. Creo que si sale bien librado de este escollo el michoacano bien merecería estar en Rusia. Si Aguirre llevó al ‘Bofo’ ya siendo un bulto a un mundial, Rafa, como el gran veterano que es merece eso y más. Rafa es poseedor de una técnica muy depurada, sin parangón en nuestro fútbol. Fue parte de uno de los mejores Barcelona que se tiene memoria, oncena histórica. Es una pena y es triste que terminé la carrera de este gran futbolista en medio del escándalo. No es justo además porque viene de una dependencia del gobierno de los EUA que se ha dado a sí mismo la categoría de gendarme del mundo, me refiero al Departamento del Tesoro.
Ojalá Rafa esclarezca y salga bien librado de este trance nada envidiable.
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