Dicen los que saben que quien se puso la mar de contento al enterarse que el Director General del IMSS, Mikel Arriola, aspiraba a la candidatura priista al gobierno de la CDMX, fue el Secretario de Salud, José Narro Robles. Aseguran que bailaba de gusto, y es que todo indicaba que lo querían enviar al «matadero político». Pero se salvò.