Por suerte Donald Trump salió ayer a declarar que no es racista. Ante reporteros en Florida dijo: «Soy la persona menos racista que han entrevistado». Menos mal que lo aclaró pues cualquiera que vea sus tuits, escuchara sus declaraciones o padeciera sus decisiones de gobierno, podría confundirse. Lo comentan en «Templo Mayor» de Reforma.