«No pude dormir. Toda la noche estuve pensando en Susanita Herrera Lazarini. En sus pecas, su sonrisa, en sus ojos color miel, en sus pestañas rizadas, en su voz. -Maestro Pedro, me decía cuando nos encontrábamos en el Café de la Parroquia- en Veracruz-. -Maestra, usted, le contestaba y le daba un beso. No he desayunado. No tengo hambre. Llevo tres americanos de «doble carga» y no se me quita el dolor de cabeza. No creo en el cielo ni en el infierno. Somos sólo materia». Lo escribe Pedro Cruz en su cuenta de Facebook.