«Hay una batalla en las redes y en los medios por ver quién puso candidatos menos impuros que otros. Es una batalla perversa de los que dicen creer en la pureza de su bando, y de parte de los profesionales que inducen la batalla. La verdad es que nadie salió ileso de oportunismo y pragmatismo en la elección de sus candidatos. Sorprende en ellas la falta de candidatos respetados por todos. Cada candidato debe ser responsable de su fama y de sus actos, y debe rendir cuentas por elos, tanto como el partido o coalición que lo propone». Lo comenta Héctor Aguilar Camín en «Milenio».