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Notimex

Desde que asistió a su primera Copa del Mundo en Francia 1998, la selección de futbol de Japón ha estado de forma constante en la cita cuatrienal y ahora, en Rusia 2018, estará en su sexto mundial, con aspiraciones de mejorar lo hecho en torneos anteriores.

En la justa francesa, en la que el once nipón hizo su debut en un Mundial de balompié, no le fue nada bien, ya que solamente jugó la fase de grupos, sin haber ganado un solo parido ni sumado puntos, situación que lo llevó a terminar en el lugar 31 de la justa.

Esa primera experiencia le sirvió para corregir algunas cosas y con cuatro años por delante para organiza su justa cuatrienal a la par con Corea del Sur, tuvo para corregir los detalles que le llevarían a tener una mejor actuación en casa y con su afición.

Con el francés Philipe Troussier en el banquillo, el equipo mostró cierta mejoría y avances en su futbol respecto del torneo anterior y con un equipo más ordenado le dio para lograr lo que hasta ese momento era su mejor actuación en un certamen mundial.

Gracias al estilo que le impuso el timonel galo, el representativo del sol naciente alcanzó los cuartos de final y por un momento la afición de ese país soñó con disfrutar las mieles de levantar la copa del orbe, pero solo les alcanzó para eso.

Luego que pasó la fiebre futbolera que les dio albergar la máxima fiesta del balompié en el orbe, el equipo japonés volvió a tener ese bajón que le impidió mantener el nivel mostrado en su justa, por lo cual en Alemania 2006 volvió a las andadas y casi repite lo que hizo en su primera aparición.

Y es que, la llegada del brasileño Arthur Antunes Cimbra «Zico» le dio muchas esperanzas al país asiático de superar lo que había hecho cuatro años atrás, en aquella que fue su tercera justa, pero las cosas no salieron como se esperaba.

Al equipo le faltó el punch de cuatro años atrás y volvió a quedarse solamente en la fase de grupos, con apenas un punto sumado, producto de un empate, por lo que tuvo que volver a casa, pero ahora con el lugar 29 a sus espaldas.

A la cita del orbe de Sudáfrica 2010 Japón llegó con tres experiencias mundialistas encima y bajo el mando de un técnico local las cosas volvieron a sonreírle al representativo nipón, que cerca estuvo de alcanzar el octavo partido.

En la justa sudafricana, los «samuráis azules» repitieron el noveno puesto alcanzado en su cita del orbe y parecía que todo cambiaría a partir de ese momento, pues contaba con un técnico local que conocía bien al jugador de su país: Takeshi Okada.

Pero la historia se repitió y se quedó en el séptimo partido, aunque con confianza de que por lo menos se veía el avance alcanzado por el equipo con el correr de los años, además de que la experiencia adquirida daba para pensar en grande.

Sin embargo, en Brasil 2014, cuando se esperaba que Japón ya diera el estirón definitivo que todos esperaban, regresó al lugar 29 obtenido en Sudáfrica 2010, al alcanzar de nueva cuenta una sola unidad.

Bajo el mando del italiano Alberto Zaccheroni y con jugadores como Shinji Kagawa y Shinji Okazaki, el once japonés levantó grandes esperanzas de nueva cuenta entre sus compatriotas, pero todo fue decepción al quedarse en primera ronda.

Luego de todos esos altibajos y con la experiencia acumulada, la selección nacional de Japón se alista para lo que será su sexta Copa del Mundo en Rusia 2018, donde espera superar ese noveno sitio y hacer olvidar los 29 y 31 de sus citas pasadas.

Dirigida por Akira Nishino, otro ex jugador nacional que vistió la camiseta de los “samuráis azules”, el conjunto japonés espera reverdecer laureles y dar de manera definitiva el estirón y estar en los cuartos de final e incluso más allá.