Quizás cuando uno llega a grande se vuelve muy «fijao» o muy sensible y ya no le gustan descuidos de amigos. La amistad es un bien preciado y debe cuidarse (es como la canción esa sobre el amor: «el amor no merece castigo, el amor es preciso mimarlo, si no quieres que un día se seque, tienes que regarlo». En cualquier relación de amistad, para que perdure, tenemos que cuidar los detalles, las atenciones. De lo contrario, es muy fácil que venga a menos.