EL COLEGIO NACIONAL: 75 AÑOS. “LA LIBERTAD POR EL SABER.” (II)
“Antonio Caso.”

El Doctor Antonio Caso fue uno de los miembros del Colegio Nacional más reconocidos en el ámbito académico e intelectual. Se le recuerda como integrante fundador del “Ateneo de la Juventud”, Rector de la Universidad Nacional de México, perteneció a la Academia Mexicana de la Lengua, un filósofo con formación cristiana, defensor del idealismo como doctrina filosófica imperante, el Maestro Caso es ante todo un hombre de letras, erudito, apasionado defensor de sus ideas e ideales, y esto lo conocemos a través de la conocida polémica entre Antonio Caso y Francisco Zamora titulada: “Idealismo y Materialismo Dialectico, una polémica con el DR. Antonio Caso.” Libro publicado por la “Editorial de Nuestro Tiempo” en el año 1978.
La polémica es una discusión que se lleva a cabo entre dos o más personas con la característica especial que se desarrolla por escrito. La polémica entre Caso y Francisco Zamora también las pueden leer en las obras completas de Antonio Caso publicadas por la UNAM. Es importante puntualizar que toda la controversia entre los Maestros se dio en los años 1933-1935 siendo el periódico “El Universal” el medio central que publicó la discusión.
Una vez ubicado lo anterior vayamos a los antecedentes de la controversia. En diciembre de 1933 la convención nacional del Partido Nacional Revolucionario hoy (PRI), acordó que se propusiera a los órganos legislativos la modificación del Artículo Tercero Constitucional, para que la educación en México pasara de ser laica a socialista, este acuerdo originado por un poder central y antidemocrático se refrendó cuando entró en vigor la Reforma a la Constitución en su Artículo Tercero en diciembre de 1934, quedando implementada la educación socialista.
Desde un inicio esta propuesta de reforma incentivó enormes discusiones, debates, y polémicas, el Maestro Francisco Zamora a partir del mes de septiembre de 1933 a diciembre de 1934, escribió seis artículos defendiendo la teoría marxista, explicándonos sus métodos, principios y sobre todo la importancia de hacer realidad la reforma socialista, argumentando que todos los ataques contra el marxismo son infundados e incluso acusa a los opositores de gran desconocimiento de la teoría pura marxista y señala que parte de sus ataques tienen el interés de defender el Estado burgués, clasista, desigual y capitalista que predomina.
“Pero esta convicción tiene que llevarnos a negar la posibilidad de que se realice, por lo menos hasta en sus últimas consecuencias la reforma universitaria propuesta. Una sociedad de tipo capitalista, que a través de su Estado defiende Instituciones que le son propias, no puede, por instinto de conservación como tal, entregarse a la tarea de destruir los andamios espirituales que la apuntalan. Su Universidad, en consecuencia, no se abrirá jamás a una ciencia revolucionaria en todos los dominios, de espina dorsal dialéctica, que para principiar niegue la perennidad de las formas naturales y sociales, y afirme la relatividad del conocimiento; que junte el pensamiento a la acción, que no se confine dentro de puras construcciones abstractas, ni abandone a la nociencia el cuidado de regir la vida de las realidades concretas”.
Sobre la temática abordada en estos seis textos, Antonio Caso responderá a Francisco Zamora y partiendo de diciembre de 1934 hasta marzo de 1935, se disfrutó públicamente una polémica intelectual de dos hombres de letras, uno defendiendo la dialéctica materialista y el otro a la dialéctica idealista, el primer artículo donde el Maestro Caso responde a Zamora se titula: “El dilema del Socialismo Materialista”, sosteniendo el argumento central que el Materialismo no es un conocimiento y método científico, y si los marxistas pretenden hacer científico al marxismo deben renunciar al materialismo absoluto, literalmente el Maestro Caso expresa:
“La realidad, lo que es, es material o no material, ideal o no ideal. Es decir: hay realidades materiales, como las piedras; y realidades inmateriales como los pensamientos. El pensamiento es real. La materia es real. Ambos lo son, pero no son la misma forma de la realidad, la realidad idéntica. Entonces se ve con claridad por qué es el materialismo una hipótesis metafísica absurda. Su desprestigio procede de que niega una parte de la realidad, la realidad ideal. Es más: lo que directamente se nos da es la idea, sólo a través de ella vamos a las realidades materiales. La conciencia es conciencia de lo real, y lo real puede ser material, ciertamente; pero, en si la consciencia es inmaterial. Toda conciencia es conciencia de algo. Si quiero, algo quiero, si amo, algo amo, si pienso, en algo pienso, si deseo, algo deseo, si temo, algo temo. No hay voluntad sin objeto de voluntad, ni amor sin objeto de amor, ni pensamiento sin objeto de pensamiento. La consciencia es este constante dirigirse a un objeto de nuestra voluntad o de nuestro pensamiento. De aquí nace el funesto error materialista. Como constantemente manejamos objetos materiales, padecemos de ilusión de pensar que todo es material; y al leer la historia, creemos que las cruzadas y el protestantismo se explican económicamente, es obvio que hay elementos materiales y económicos en la historia, pero deberíamos meditar en que nuestros pensamientos, nuestra conciencia y nuestra voluntad no son materiales, sino precisamente, inmateriales, aun cuando tengan por objeto aspectos de la realidad material. Nosotros mismos somos conciencia, pensamiento y voluntad, no la materia que utilizamos, sino la causa inmaterial. ”
Cuando el Maestro Zamora leyó el artículo de Antonio Caso, no actuó como lastimosamente hacen los pseudos marxistas o los actuales pseudos izquierdistas, donde sólo desprecian la crítica, atropellan la libertad de expresión careciendo de argumentos, conocimientos. Francisco Zamora no escribió que Antonio Caso era “un representante de la mentalidad burguesa”, al contrario, con fundamentos filosóficos y con mucho respeto y tolerancia le respondió:
“Para Engels como para Marx y el marxismo, la división de los filósofos en materialistas e idealistas no consiste en que los primeros nieguen que el pensamiento es, mientras que los segundos no lo niegan, como parece creerlo el señor Caso; sino en que mientras estos sostienen el primado del espíritu con relación a la naturaleza, aquellos consideran a la naturaleza como el elemento primordial. En esa virtud, el materialismo de Marx y Engels, y de todos los materialistas de su escuela, se reduce a afirmar que nuestra conciencia y nuestro pensamiento, por muy suprasensibles y trascendentales que parezcan, son el producto de un órgano físico y material: el cerebro; y que la materia no es un producto del espíritu, sino que el mismo espíritu no es más que el producto más elevado de la materia.”
Hoy la vida pública de México necesita más polémicas y debates, esto enriquece nuestra democracia, nuestras instituciones, y nos obliga kantianamente a pensar con nuestro propio razonamiento, con nuestro propio entendimiento, por ello la educación debe ser laica, libre, abierta, universal, conocer del socialismo y del capitalismo, de izquierda y de derecha, debatir todos los temas, esto sería vivir en una sociedad abierta y democrática, la tarea sigue pendiente.
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