“La esperanza es el sueño del hombre despierto”
Aristóteles (384 a c.)
No es fácil tener el ánimo con gran disposición, cuando se reciben noticias como lo acontecido el día 24 de diciembre pasado en el que mueren trágicamente dos políticos poblanos de alto nivel: los esposos Martha Erika Alonso y su esposo Rafael Moreno Valle a quienes hemos ofrecido nuestras oraciones y pedimos que Dios les de descanso y resignación a sus familiares. Un día emblemático en donde lo menos que esperas en empañar la alegría del nacimiento de Jesús, con noticias que estremecen. Pero dentro de toda esa pesadumbre que inunda a nuestro país, hay que seguir adelante por el bien de los mexicanos, en especial los que tenemos fe en que las cosas se deben enderezar y volver a su equilibrio social, económico y político.
No sé si será posible con las acciones del gobierno federal en turno, pero espero tomen en serio su papel de guardianes del interés público y dejen de pensar en sí mismos y en sus proyectos de grupo o de partido.
Siempre he dicho que el país es más que la visión de un gobierno. Los mexicanos saben lo que no quieren de sus gobernantes— y así lo decidieron en la pasada elección haciendo ganar a la izquierda radical– pero también por esa inteligencia que les caracteriza, se están dando cuenta que fue un error darle todo el poder a una persona y a una sola fuerza política sin mediar los equilibrios.
La toma de consciencia de los mexicanos hoy les hace percatarse que el triunfo de AMLO si bien es cierto fue absolutamente legal, la legitimidad se la dará el propio pueblo si observa que los resultados de su gobierno estàn a la altura de sus expectativas. Y eso es lo que no debe olvidar y sí debe orientar la visión del nuevo gobierno.
El problema es que los hechos hablan más que mil palabras. No es fácil saber manejar el poder pensando en los mexicanos, sobre todo cuando la visión se limita a la perspectiva de un proyecto de partido o movimiento político. Y como muestra un botón.
Hoy se revuelve la acción de gobierno con las vísceras del partido Morena en las decisiones más importantes para el país, cuando que debieran ser acciones obligadas –si se busca eficiencia y crecimiento–de un legislativo y de un gobierno federal responsable, en unidad con equipos experimentados y de alta capacidad que se necesitan forzosamente para saber operar los proyectos. Por el contrario, hoy se combinan intereses de grupo y deshacen todo lo que huela a negociación anterior, porque de tajo la consideran mala y hacen propuestas de nuevos proyecto que sólo representan más carga económica para el país.
Por eso los sucesos del pasado 24 de diciembre, –que hacemos votos porque se aclaren–, aunado a muchos otros indicadores que están aconteciendo en el país, deben servir al gobierno federal como avisos que no debe desestimar, porque son señales de que los poderes ocultos están empezando a actuar propiciando este clima de incertidumbre, lo que le obliga en el plano general y local, a realizar de manera emergente, acciones efectivas en el esfuerzo de salvaguardar la seguridad y la tranquilidad de la población.
Y eso no se logra si un gobierno empieza con despidos, esa, no es ni será la mejor fórmula para generar estabilidad social. Miles de trabajadores despedidos –paradójicamente muchos de ellos que votaron por AMLO—corresponden a gente preparada y capacitada para realizar su labor, y hoy ven un horizonte incierto en sus vidas, la de sus familias y en todos ellos anida el resentimiento. Eso no es lo que esperaban los que le apostaron al gobierno del cambio y de la 4ª transformación.
Pero si las cosas no cambian en el plano nacional, al menos pensemos mejorar en lo local.
Independientemente de que los efectos del gobierno federal tienen un impacto en los estados, a nosotros como veracruzanos nos debe interesar que en Veracruz las cosas marchen mejor. Y eso le pedimos hoy al Gobernador Cuitlahuac García, que sea garante de la seguridad y estabilidad social, política y económica del pueblo veracruzano.
Pero de verdad, ojalà se percate, que eso solo lo puede lograr si su gobierno se abre a la pluralidad o a la alta capacidad, que es lo que han olvidado los gobiernos morenistas. No sólo darle el poder a una fuerza, sino acercarse perfiles que rindan y que no siempre corresponde a los allegados, colocando a personas probadas en el servicio público, con honestidad y experiencia de gobierno, dejando a un lado los proyectos personales o de partido.
Como veracruzanos que amamos nuestra tierra, esperamos que las cosas cambien. Que el gobierno estatal ofrezca confianza de que está bien manejado, que todas las fuerzas sociales y políticas depositemos nuestro granito de arena para que Veracruz genere riqueza para todos los niveles, que la justicia se logre y la tranquilidad regrese a la población. Pues de eso depende que el clima sea realmente de confianza y respeto entre todos nosotros y se traduzca en progreso.
Hagámoslo por el bien de Veracruz, porque en ello estriba la esperanza de seguir adelante.
Gracias y hasta la próxima.
PD. Quiero expresar a todos los lectores de esta columna mi gratitud por la gentileza de su atención ante mis modestos comentarios. Les deseo que 2019 sea un año de grandes realizaciones personales, familiares y laborales, no olvidando que debemos depositar mucha fe en cada paso para que el camino sea propicio a la esperanza, la paz y la prosperidad. Que Dios les bendiga siempre.
Feliz Año Nuevo.