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AFP

El cierre de la frontera entre Estados Unidos y México sería como un terremoto económico que podría provocar miles de despidos, dejar vacías las góndolas de los supermercados en pocos días, con cierres de las plantas de automóviles y cargamentos de frutas y vegetales pudriéndose en los camiones.

Como parte de su campaña contra la inmigración irregular, el martes el presidente estadounidense Donald Trump afirmó que está “100% listo” para cerrar la frontera con México, -uno de los pasos más transitados del mundo- por donde atraviesan, todos los días, cientos de miles de personas y mil 700 millones de dólares en bienes agrícolas, industriales y otros productos de consumo.

Esta amenaza generó advertencias de economistas, del Congreso y de la industria, que proyectan un escenario de catástrofe que podría arrastrar a la mayor economía del mundo cerca de una recesión si sus estrechos lazos con México, su tercer socio comercial, se suspenden por completo.

Para Daniel Griswold, director de un proyecto de investigación sobre comercio e inmigración del Centro Mercatus de la Universidad George Mason, esto provocaría despidos, pérdidas para las empresas y empeoraría la situación de los agricultores que ya han sido perjudicados por los múltiples frentes de la guerra comercial que emprendió Trump.

“Esto es casi impensable”, dijo Griswold. “Sería como erigir un muro en la mitad de la planta de una fábrica. Esto sería una disrupción total y no podría ser deshecho de forma inmediata una vez que se reabriera la frontera”.

“Las pérdidas serían enormes y abrumadoras”, agregó.

El martes el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, dijo que Estados Unidos está preparando una estrategia para minimizar el impacto económico de un cierre de la frontera, incluyendo la posibilidad de mantener abiertos los carriles que transportan mercancía. Cada día unos 17 mil camiones cruzan la frontera de México hacia Estados Unidos, según las estadísticas de la Oficina de Transporte.

En 2018, la mayor parte de las importaciones de Estados Unidos fueron coches hechos en México y componentes que sumaron en conjunto 114 mil millones de dólares, según los datos del Departamento de Comercio. En tanto, sólo contabilizando el petróleo y productos derivados del carbón, Estados Unidos envió el equivalente a 70 mil millones de dólares.