LA FIGURA DEL PADRE EN LA LITERATURA CLÁSICA GRIEGA. (II)

La Odisea es considerada la primera novela europea, si bien su estructura narrativa se encuentra en versos, al momento de leer la obra se pueden ir descubriendo los cimientos de la futura novela. La Odisea es una larga historia de viajes, aventuras, leyendas, mitos, en la obra nos encontramos con un personaje único, inigualable, gran héroe, un hombre que todo lo supera, que todo lo resiste, símbolo de carácter firme, ingenioso e indomable, este emblemático personaje se llama Odiseo para los griegos y Ulises en la cultura romana, su nombre e historia de vida ha sido un ejemplo de superación para la humanidad y en esta ocasión nos detendremos a conocer a Odiseo el padre.

En la Ilíada el poeta griego Homero nos narra sólo una pequeña faceta de la guerra de Troya contra los griegos, concretamente cuenta la cólera de Aquiles. En la Odisea la guerra ya terminó, una vez destruida la ciudad del Rey Príamo, los griegos planearon el regreso a sus ciudades, muchos personajes como Agamenón, Menelao, Néstor, pudieron regresar a sus reinos, Odiseo intentó lo mismo, pero no había podido conseguirlo, al momento que iniciamos la lectura descubrimos que Odiseo lleva diez años luchando contra muchos infortunios para poder llegar a su ciudad llamada Ítaca, donde vive su esposa Penélope y su único hijo Telémaco.

Son muchas las circunstancias que impedían llegar a Odiseo a su reino de Ítaca, el origen de su tragedia fue cuando se encontró con el Ciclope Polifemo quien se comió a varios de los compañeros de Odiseo y este para salvar su vida y poder escapar del gigante, tuvo que engañarlo y atacarlo dejando ciego a Polifemo, el gigante era hijo del dios Poseidón, Polifemo se quejó amargamente por la pérdida de su único ojo y su padre Poseidón como dios del mar decidió vengar a su hijo haciendo casi imposible el retorno de Odiseo a su patria.

Después del enfrentamiento con el Cíclope, Odiseo vivirá un sinfín de aventuras, desgracias, tormentos, desesperanzas, tragedias, como olvidar su encuentro con la encantadora Circe, una bella hechicera que convirtió en puercos a los compañeros de Odiseo, y cuando éste los fue a salvar del hechizo, Circe intentó hechizar a Odiseo pero al final la hechizada fue ella, porque por un año compartió su cama con el héroe griego y atendió a él y a sus ayudantes como a verdaderos príncipes, Circe estaba feliz teniendo a Odiseo en su casa, Homero describe a esta hechicera como una mujer bella, imponente, ardiente, cualquier hombre común seguro se quedaría feliz con Circe toda su vida, pero Odiseo nunca fue un hombre común, la conciencia le recordaba que en Ítaca lo esperaba su esposa Penélope y su amado hijo Telémaco.

Circe ya doblegada por su amor y por la voluntad férrea del héroe griego, lo ayudó diciéndole lo que tenía que hacer para poder regresar a su hogar, la hechicera le dijo que debía bajar al Hades, es decir, al lugar donde residen los muertos, allí Odiseo pasando miles peligros debía platicar con Tiresias, quien era un gran sabio y seguro Tiresias aconsejaría a Odiseo y cumpliendo las órdenes del sabio, posiblemente podría regresar a su amada Ítaca. Odiseo bajó al Hades, convirtiéndose en el único hombre que ha ido al más allá y ha regresado a este mundo, el otro personaje que ha logrado semejante cometido fue Jesucristo, con las diferencias ya conocidas.

Las aventuras y complicaciones seguirán, Odiseo y sus hombres vivirán momentos dificilísimos en la mar enfrentándose a monstruos marinos como Escila, donde este monstruo se comerá a seis tripulantes, y así conforme avanza la historia conocemos más mitos, leyendas, historias, sin embargo, la Odisea comienza con la planeación e intervención de los dioses para el regreso de Odiseo a su patria, y mientras las abundantes aventuras siguen en la vida de Odiseo, bien vale la pena preguntarse cómo se encuentra el reino de Ítaca después de veinte años de ausencia de su Rey, cuál es el estado de su esposa Penélope y la de su hijo Telémaco.

Al momento que Odiseo partió para la guerra de Troya, Telémaco era un niño recién nacido, de su padre todo lo sabía de oídas, a pesar de no conocerlo en persona Telémaco amaba a su padre, se sentía orgulloso de él, creció escuchando que era un hombre de honor, generoso, ingenioso, querido por los dioses, gran esposo, Rey admirado y respetado, un hombre de principios, valores, gran guerrero, en general, el sólo ejemplo de vida de su padre le fue suficiente a Telémaco para esforzarse y tratar de ser como él, esto es una digna figura de un padre.

Si Odiseo sufría por no poder regresar a su patria, Penélope y Telémaco también la pasaban muy mal, sus bienes y propiedades estaban disminuidos, en la casa de Odiseo vivían gran cantidad de pretendientes quienes esperaban que Penélope decidiera por uno de ellos y así Ítaca tuviera un nuevo Rey. Odiseo tuvo que ser ingenioso, astuto, para salvar su vida en miles aventuras, lo mismo hizo Penélope para alargar su decisión y controlar la presión de los pretendientes, no obstante, en la parte final de la historia la figura de Telémaco va creciendo, porque emprende un viaje a dos ciudades en busca de su padre, en estas ciudades se entrevistará con Néstor y Menelao, dos personajes importantes en la guerra de Troya y amigos de Odiseo.

En este viaje claramente se percibe el amor y admiración que siente Telémaco por su padre, y lo mejor es que cuando Odiseo por fin regresa a Ítaca, y una vez planeada la estrategia para asesinar a los traidores e intrusos pretendientes que querían casarse con Penélope, con el único que se presenta diciéndole que es Odiseo es precisamente con su hijo Telémaco:

Odiseo. –¡Telémaco! No conviene que te admires de tan extraordinaria manera, ni que te asombres de tener a tu padre aquí dentro; pues ya no vendrá otro Odiseo, que ese soy yo, tal como ahora me ves, que, habiendo padecido y vagado mucho, torno en el vigésimo año a la patria tierra. Dichas estas palabras se, sentó. Telémaco abrazó a su buen padre, entre sollozos y lágrimas. A entrambos les vino el deseo del llanto y lloraron ruidosamente, plañendo más que las aves, águilas o buitres de corvas uñas., cuando los rústicos les quitan los hijuelos que aún no volaban; de semejante manera, derramaron aquellos tantas lagrimas que movían a compasión.”

 

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