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Universidad Veracruzana

Sonrisas de piedra y barro

Corre, lee y dile

 

Por Germán Martínez Aceves

 

En el mundo mesoamericano, las risas infinitas quedaron plasmadas en la piedra y el barro. Risas que son vida, risas que son muerte. Dualidad de la cosmovisión de los pueblos originarios, representación que trasciende en el tiempo y se perpetúa como testigo de las sociedades milenarias. Risas que son memoria, risas que son un atributo que pocos pueden reflejar y eternizar.

En el mundo mesoamericano, al menos lo que se ha investigado, poco se sabe del rol de las mujeres. Si bien hay deidades muchas veces asociadas con la muerte, la obscuridad o la vida, el protagonismo histórico y la función de las mujeres en la estructura social de los pueblos originarios pareciera una página en el olvido.

En el mundo mesoamericano está la creación de una profunda raíz cultural, herencia deslumbrante de los pueblos habitantes del sureste mexicano.

Sara Ladrón de Guevara, connotada arqueóloga especializada en las culturas ancestrales totonacas, olmecas y nahuas, nos ofrece un nuevo libro de su larga bibliografía en el que nos lleva a un recorrido por nuestro pasado en el que la arqueología comulga con la historia, el arte, la filosofía y la poesía. Se trata de Sonrisas de piedra y barro. Iconografías prehispánicas de la Costa del Golfo de México, de reciente aparición en la colección Biblioteca de la Editorial de la Universidad Veracruzana.

Antecedido por una presentación escrita por Eduardo Matos Moctezuma, el libro se compone de cuatro partes que nos conducen al encuentro con el asombro de la creación y la interpretación de los pobladores que, a través del barro, la piedra, la pintura y la arquitectura, expresaron el pensamiento prehispánico.

La autora aborda la permanente dualidad, principio de la cosmovisión mesoamericana, en la que tiempo y espacio, vida y muerte, mito y realidad, son los lugares de los dioses que transitan del cielo al inframundo con sus asociaciones a los elementos de la naturaleza. Una deidad es fundamental: Quetzalcóatl.

En este proceso de dualidades, Sara Ladrón de Guevara fija un punto que invita a más investigaciones: el rol de las mujeres en el pasado. La ausencia de este enfoque lo atribuye a que la mayoría de los estudios arqueológicos provienen de varones. Menciona también la interpretación idílica de que existía una sociedad igualitaria aunque en el balance de la dualidad, a las mujeres les correspondía “la oscuridad, la muerte, la debilidad, la fetidez”. Entonces, su lugar pareciera estar ajenas al poder, relegadas a un plano subalterno.

Por otro lado, especialista en las pinturas prehispánicas, Ladrón de Guevara nos ofrece un estudio sobre tres lugares fundamentales: El Tajín, Las Higueras y El Zapotal. Se adentra a los orígenes mesoamericanos en el sur de Veracruz e interpreta la iconografía olmeca y su arte representado en jaguares y serpientes, en el poder de los chamanes y la magnificencia de la Cabeza Colosal 7 de San Lorenzo, la Ofrenda 4 de La Venta y el Homshuk de Tenaspi.

También aborda uno de los temas esenciales de las culturas mesoamericanas y a la cual se les ha dado poca importancia: la risa, representada en figuras de piedra y barro que forman parte del ritual de la religiosidad, del chamanismo, de la vida y de la muerte. Describe también el juego de pelota y su relación con la decapitación y a su vez, con el poder. Finalmente, se adentra a la cultura huasteca y a los bajorrelieves de El Tajín.

Pinturas, esculturas, vasijas, yugos, palmas, hachas o construcciones arquitectónicas extraordinarias, son los elementos de la investigación que, con la visión de Sara Ladrón de Guevara, nos ayuda a comprender el mundo prehispánico para valorar el desarrollo de estos pueblos sorprendentes que sabían reír y crear.

Sonrisas de piedra y barro. Iconografías prehispánicas de la Costa del Golfo de México, de Sara Ladrón de Guevara, es de la colección Biblioteca de la Editorial de la Universidad Veracruzana, 268 páginas, 2020.