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El donador, de 16 años, era compatible con la paciente, una niña de 12 que tenía pronóstico de menos de 72 horas de vida.

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Un joven de 16 años con muerte craneoencefálica fue el donante de hígado a una niña de 12 años cuyo pronostico de vida no era de más de 72 horas.

Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realizaron el primer trasplante a nivel nacional de un donador positivo a covid-19 en un hospital de Nuevo León.

El caso de la menor fue clasificado como “Urgencia Nacional”, por el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), por el crítico estado en el que se encontraba la menor, llamada Sofía.

 

Y así fue como apareció una esperanza para ella al notificarse la existencia de un donante, sin embargo, había dado positivo a covid-19, lo que representaba un obstáculo.

“La UMAE No. 25 se encontraba frente a un nuevo reto: el equipo multidisciplinario de especialistas analizó el protocolo internacional para determinar la viabilidad de colocar en la niña un órgano donado por un paciente con muerte cráneo encefálica, pero con una prueba positiva a SARS-CoV-2”, informó el IMSS en un comunicado.

La pequeña Sofía padece el síndrome de Alagille, enfermedad hereditaria poco frecuente que causa múltiples afecciones, principalmente al hígado, donde se produce cirrosis, misma que lleva a una falla hepática.

El 27 de marzo de este año, la pequeña recibió un primer trasplante de hígado el mismo hospital del IMSS en Nuevo León, “pero al quinto día de la cirugía presentó una complicación por una trombosis de arteria hepática, que ameritó intervención quirúrgica para la reconstrucción del vaso, misma que fue fallida”.

El 4 de abril se declaró la emergencia para el caso de Sofía, por lo que la próxima donación de hígado de cualquier lugar o institución del país sería para ella.

Ese mismo día se notificó en Irapuato, Guanajuato, de un donante de 16 años que presentaba muerte cráneo encefálica.

“En los exámenes del donador aparecía un diagnóstico positivo a COVID-19, pero las características de peso, talla y hasta grupo sanguíneo eran compatibles con la receptora”.

“Sabíamos que no íbamos a encontrar otra oportunidad como ésta”, comentó el doctor Luna López, al indicar que a la paciente le pronosticaban un máximo de 72 horas de vida.

Aunque el donante había dado positivo a covid-19 se había mostrado asintomático, por lo que su carga viral no era altamente contagiosa y su muerte fue por una razón distinta: una lesión neurológica grave.

Tras llevar el órgano de Irapuato a Nuevo León, cirujanos trasplantólogos trabajaron durante seis horas para colocar el hígado en la menor que ya lo esperaba para seguir viviendo.

“El jefe de División de Trasplantes del Hospital de Especialidades No. 25, explicó que el trasplante de hígado es un proceso de alta complejidad quirúrgica, debido a que hay cuatro estructuras que deben ser conectadas al cuerpo del receptor: la arteria hepática, la vena porta, las venas suprahepáticas y la vía biliar, todas ellas con calibres milimétricos que requieren extrema precisión para embonar y funcionar adecuadamente”.

Pese a las complicaciones, la cirugía resultó un éxito porque no dejó datos de infección viral en la receptora ni en los cirujanos, y marcó un precedente en la historia del IMSS en todo el país.

Tras las 72 horas críticas en cuidados intensivos y, el 21 de abril, Sofía regresó a casa con buen pronóstico.

Para el doctor José Manuel Pavón Sánchez, médico de Terapia Intensiva Pediátrica, fue muy importante la coordinación de todas las disciplinas médicas que interactúan en este tipo de casos.

“Me siento muy orgulloso de formar parte de la institución, de este gran equipo de salud, de saber que contamos con un gran respaldo de nuestros jefes, de nuestros directivos. Siento orgullo de saber que a través de mi trabajo, pudimos cambiar la vida de Sofía. Esto, para uno como profesional, es muy alentador, es gasolina para seguir haciendo las cosas cada vez mejor”, compartió con emoción el doctor Pavón Sánchez.