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La Jornada

El vínculo con México se dio por conducto de Xoxoc, relata Sando. Foto Rancho Gordo.
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“Pensé, aquí hay tantos clubes de vino en Napa, los cuales te envían vino cada trimestre, y la gente gasta cientos de dólares en vino. Entonces ¿a poco no sería divertido crear un club de frijoles?”, explica Steve Sando, fundador y dueño de Rancho Gordo.

“Empecé con un par de clientes y ahora el club ha llegado a 22 mil miembros, quienes reciben un envío cada tres meses. La lista de espera para ingresar al club ya es de 25 mil personas.”

Caminando por su tienda en Napa, Sando tiene la fiebre de fe de un pastor evangélico, pero en este caso, un predicador de frijoles. “Los frijoles, cuando los compras en un supermercado, pueden tener hasta ocho años de viejos y algunas variedades tienen cáscaras más finas que los hacen mas fácil de cosechar, y funcionan bien en máquinas de enlatado”, comenta ante una exhibición de frijoles de origen de California, Mexico, Italia y otros países.

“Los frijoles criollos fueron cultivados para sabor y no para la conveniencia del cultivador, y saben a algo”, dice Sando en entrevista con La Jornada al mostrar un olla con frijoles que cocina en la esquina de su tienda. “Prueba esto”, invita al ofrecer un platito de frijoles (y sí, saben mejor que los enlatados que suele comer este reportero). En una California cada vez mas sedienta, los frijoles son un cultivo ideal porque requieren de mucho menos agua que otros, y más los heirloom, que no usan semillas genéticamente modificadas. Es una semilla pura. Si la plantas te sale lo mismo y puedes hacerlo con cualquiera de nuestros frijoles”, afirma.

Sando comenzó con una operación muy pequeña, vendiendo su producto en mercados de granjeros y a una lista de clientes por correo a quienes envía frijoles y recetas. Su primera gran ampliación fue cuando el chef de un restaurante local, Thomas Keller, del famoso French Laundry –el cual tiene tres estrellas Michelin, y Keller fue nombrado entre los 50 mejores chefs del mundo– expreso su admiración por estos frijoles de origen de Rancho Gordo. “Con eso, todos los demás llegaron corriendo”, cuenta Sando.