«Más allá de los dimes y diretes de los políticos, la idea de que jueces y magistrados lleguen al cargo por medio del voto implica un riesgo grande: que se pierdan los años de experiencia, estudio y aprendizaje que se les exigen actualmente a los juzgadores. Hoy, la gran mayoría de quienes buscan tomar una posición destacada en el Poder Judicial recorren un camino que les lleva años y en el que van pasando de un escalón a otro, por medio de concursos de oposición. ¿Qué hay corrupción, recomendados y favoritismos? Probablemente sí, pero no en todos los casos. Más de 1 600 juzgadores tendrían que ceder sus lugares personas que tendrán los votos, peo nadie sabe si tendrán la preparación suficiente». Lo escriben en Templo Mayor de «Reforma». Foto de Milenio.