Es obvio que para México es vital mantener el Tratado de Libre Comercio. La integración con Estados Unidos no es un destino inexorable, y allí están países como Brasil. Colombia o India que, después de todo, han crecido a tasas iguales o mayores que México sin necesidad de un TLC. Pero nuestra interdependencia con Norteamérica ha caminado a tal grado que un giro drástico a estas alturas supondría un largo periodo de ajuste, con efectos devastadores para millones de mexicanos. Mejor ahorrárselo. Lo publica Jorge Zepeda Patterson en «Milenio».