Ya eres un adulto mayor, casi un octagenario. Y han pasado muchas cosas en tu vida, la mayoría, gracias a Dios, buenas Pero en el camino recorrido has perdido a familiares y amigos muy queridos, y seguido quisieras que regresaran contigo a compartir bellos momentos, aunque fuera por unas horas. Sentirlos cerca, sentirlos próximos. Y sin embargo tienes que mirar hacia adelante. Y cuidar tu salud para seguir teniendo conciencia de la vida y disfrutar lo bueno de ella: las convivencias con familiares y amigos, los afectos, los logros laborales o profesionales, los consejos y apoyos dados y recibidos, la cotidianidad. Tienes que seguir viviendo con decoro, a pesar de que muchas fuerzas y habilidades decrecen y se compensan con una mejor apreciación de los momentos importantes y de las cosas valiosas de la vida. Tienes que seguir hasta que Dios lo decida. Lo escribió Felipe Hakim, directivo de este Portal.