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E-Consulta Veracruz

En el barrio de las Barradas, apellido de las mujeres de su familia, Paquita la del Barrio creció cantando con su tía Lucía en Alto Lucero.

Ángel Cortés Romero

Francisca Viveros Barradas creció en una casa alzada con paredes de tabiques y con techo de tejas en la calle Corpus Cristi. Desde el parque central de Alto LuceroVeracruz, los habitantes del pueblo te mandan tres cuadras hacia arriba, al barrio de las Barradas, el apellido de su madre Aurora. En uno de los cuartos de la casa, la tía Lucía le enseñaba a cantar encendiendo los primeros destellos de la leyenda en que se convertiría Paquita la del Barrio.

Barrio de las Barradas, en Alto Lucero, donde Paquita se hizo cantante

En aquella casa, donde la pobreza marcó los primeros años de vida de Francisca, habitaban todas las Barradas. Allí, Paquita también conoció el dolor que los hombres, a los que les cantaba con insultos, podían hacerle. La cantante fue engendrada por un campesino casado, quien se mantuvo al margen afectiva y económicamente. La intérprete lo conoció a los ocho años y muy pocas veces lo vio. Fue su madre Aurora y sus tías quienes trajeron el pan a la mesa, una imagen que se replica en muchos hogares mexicanos.

Lucía Barradas abrazó a Francisca como si fuera su hija biológica y fue quien descubrió su talento para cantar. Mientras Aurora trabajaba para mantener a sus ocho hijos – todos de padres distintos – la tía cantaba con Paquita al mismo tiempo que fabricaba minifaldas para las mujeres del pueblo y creaba los vestidos que su sobrina utilizaba para entonar canciones en los festivales de su primaria en Alto Lucero.

“Aquí vivió mi tía Lucía, es la que le enseñó a cantar. Es que mi tía Paquita vivió con mi tía Lucía, ella le enseñó a cantar. Era muy bonito, porque estaban todas mis tías ahí, todas vivían todavía, entonces era un ambiente bonito, hacían sus tortillas, eran gente pobre”, relata Maximina Barradas, sobrina de la cantante Paquita la del Barrio.

Barrio de las Barradas, en Alto Lucero, donde Paquita se hizo cantante

La pobreza y el dolor que le causaron los hombres persiguieron a Paquita la del Barrio hasta su adolescencia. A los 15 años comenzó a trabajar en el Registro Civil de Alto Lucero, donde conoció a Miguel Gerardo Martínez, tesorero del ayuntamiento. El funcionario se convirtió en su primer esposo y tuvieron dos hijos: Iván Miguel en 1968 y Jorge en 1969. Francisca descubrió tiempo después que Miguel era un hombre casado y ya tenía más hijos.

Al mismo tiempo que la cantante sufría por una decepción amorosa, también lo hacía por su madre. Por aquellos años Aurora enfermó de diabetes, pero entonces el padecimiento era poco conocido y los medicamentos eran demasiado caro para las Barradas.

Paquita sufrió mucho, porque a mi abuelita, su mamá, le dio diabetes. Apenas empezaba la diabetes, no podía comprar sus medicamentos, entonces se fue a México y fue cuando empezó a cantar con Viola”, dice Maximina.

Francisca y su hermana Viola Dorantes abandonaron el pueblo de Alto Lucero en 1979 para comenzar una carrera musical con el dueto Las Golondrinas. La cantante alcanzó la fama años después cantando en contra de la cultura machista e interpretando temas repletos de insultos para los hombres que, lejos de molestarse, también cantaban sus melodías y asistían a sus conciertos retándola en tonos bromistas para que los ofendiera con calificativos como “inútil”“infrahumano”“sabandija”“rata inmunda”, entre otras.

Aurora no vio la fama de Paquita la del Barrio

Aurora Barradas no alcanzó a ver la fama que obtuvo su hija. La madre de Paquita murió el 11 de diciembre de 1977 en un hospital en la colonia Guerrero, en Ciudad de México. El 26 de diciembre de ese año, la intérprete alteña parió gemelos, pero los bebés murieron tres días después.

“Cuando ella tuvo fama mi abuelita ya no estaba y fue mucha la tristeza de Paquita, porque decía que cómo era posible que cuando su mamá vivía no le pudo dar todo lo que se merecía”, recuerda su sobrina.

Paquita la del Barrio regresó muchas veces a la casa en la que creció en Alto Lucero. A un costado de la vivienda mandó a construir una capilla, un deseo de su tía Lucía. De acuerdo con Maximina, la cantante aprovechó el dinero que la fama le dejó para ayudar a cada uno de sus familiares del pueblo.

Vivir contenta

“Yo no vivo angustiada, del paso del tiempo, eso no me atormenta. Yo no forzo mi cuerpo con la zapatilla de la cenicienta, yo no cambiaría esta edad. Yo con mis años vivo contenta”, recita la canción favorita de Francisca Viveros Barradas, según lo reveló su representante, Francisco Torres, cuando el cuerpo de la intérprete era velado en una funeraria de la ciudad de Xalapa, a aproximadamente una hora de Alto Lucero.

La canción sonó a volumen alto mientras la urna con las cenizas de Paquita la del Barrio eran paseadas en una camioneta negra por las calles del pueblo de Alto Lucero. El vehículo se detuvo frente a la Parroquia Cristo Rey del Universo. Frente a la iglesia, dos mujeres que preparan garnachas en una plancha caliente aseguran que la cantante acudía a misa los domingos cada dos semanas.

De la camioneta descendieron sus nietos y, por primera vez en cinco décadas de trayectoria de la cantante, su hijo mayor José Miguel Gerardo Viveros habló frente a las cámaras.

No sufrió, estuve en sus últimos momentos con ella ¿qué les puedo decir? Es algo muy duro, es una diva, ella fue del pueblo, siempre amó del pueblo”, declaró.

La misa se llevó a cabo en la parroquia a las 12:00 horas de este miércoles 19 de febrero. Cuando la eucaristía terminó, el pueblo acompañó a las cenizas de la intérprete alteña, considerada una leyenda en Alto Lucero, hasta el parque central. Allí su hermana Viola Dorantes y otros familiares cantaron acompañados de un mariachi por casi tres horas.

Carlos Aguilar, joven sordomudo que inmortalizó a Paquita

En un mural de la Casa de Cultura se mezclan las tradiciones, las costumbres y la gastronomía de Alto Lucero, un municipio venido a pueblo a dos mil 40 metros sobre el nivel del mar, de un clima templado, regado por ríos TrapicheAlto LuceroPalma Sola y Colorado.

Carlos Aguilar Aguilar, un joven sordomudo originario de la comunidad de Providencia, es el autor del mural. En la imagen sobresale la figura de Paquita la del Barrio con su rostro de piel blanca y mejillas coloradas, su característico lunar negro en el lado izquierdo del mentón y sus cabellos rubios formando un copete. El artista embelleció a la cantante con un vestido azul rey de lentejuelas, como los muchos que usó para salir a cantar con una voz aguardientosa de despecho y rencor.

En Alto Lucero, el nombre de Francisca Viveros Barradas es el de una leyenda de la música regional mexicana, en particular del género ranchero. Sus canciones de desamordespecho y rencor, de picardíalucha dolor, resuenan en las calles del pueblo, en camiones urbanos y en taxis, en cantinas y bares, entre chicos, grandes, hombres, mujeres dolidas y amas de casa. En todos lados y con todos ellos, Paquita la del Barrio aún les canta a los inútiles, ratas de dos patas.