La mayoría de Morena y aliados consideró que el proyecto cumple los fines del proyecto nacional, mientras la oposición calificó el documento como “panfleto propagandístico” y “colección de buenas intenciones”.
La Cámara de Diputados aprobó el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030. | Foto: Juan Carlos Bautista
Fernando Damián
Entre descalificaciones de la oposición y una férrea defensa del bloque oficialista, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó con 343 votos a favor y 122 en contra el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 de la presidenta Claudia Sheinbaum con los objetivos, estrategias, acciones, indicadores de desempeño y metas para el actual sexenio.
Después de cinco horas de acalorada discusión, la Mesa Directiva encabezada por el morenista Sergio Gutiérrez Luna en el Palacio de San Lázaro declaró que el documento incluye y cumple a cabalidad los fines del proyecto nacional establecidos en la Constitución Política.
Al fijar el posicionamiento de Morena, el diputado Carol Antonio Altamirano sostuvo que el plan recupera lo que hicieron en la primera etapa de la llamada cuarta transformación con resultados concretos, dando continuidad a las políticas públicas y programas sociales a favor de quienes más lo necesitan.
Respondió asimismo a los cuestionamientos de la oposición sobre la falta de indicadores y objetivos verificables en el documento.
“La oposición no ha entendido que ya no es como en el pasado, cuando la planeación era un monólogo del gobierno. Este plan no se hizo en un escritorio o por las elites burocráticas. Por el contrario, se nutrió de la participación de más de 50 mil ciudadanos, en 57 foros en todo el país, donde se presentaron 10 mil 526 propuestas”, expuso.
Por el PAN, la legisladora Laura Cristina Márquez señaló que el plan propuesto solo evidencia las líneas de un gobierno totalmente alejado de la realidad y la construcción de un México autoritario.
“Hoy toca debatir sobre el panfleto propagandístico del gobierno federal disfrazado de Plan Nacional de Desarrollo. El desarrollo de las naciones no es un truco de magia que los gobernantes puedan sacarse del sombrero o diseñar apostando únicamente a las ideas, esfuerzos o talentos del grupo en el poder”, acusó.
En su turno, el diputado Arturo Yáñez, del PRI, advirtió que el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 no es un instrumento técnico ni político, sino un instrumento ideológico que repite los discursos y evade responsabilidades, debilita instituciones, profundiza desigualdad y no está a la altura de México.
“Este decreto que se supone traza el rumbo de México para los próximos seis años no es más que una colección de buenas intenciones y sin rumbo, sin metas claras, sin planeación, sin sustento técnico ni presupuestal; nos quieren vender el llamado segundo piso de la cuarta transformación como un avance, pero lo que vemos aquí no es una escalera hacia el futuro, más bien es un sótano del desarrollo”, puntualizó.
Aquí la sesión en San Lázaro:
En representación de Movimiento Ciudadano, Iraís Reyes definió el documento a discusión como un discurso vacío y demagógico, como a su juicio lo acostumbra Morena, aunque admitió:
“Este plan está menos peor que el anterior y les digo porqué. A diferencia del Plan Nacional de Desarrollo de 2019, que parecía más un ensayo político que una guía técnica. Este sí cumple, al menos en papel, con lo que marca la Ley de Planeación, incluyendo ejes, diagnósticos, objetivos, estrategias e indicadores de desempeño, pero una cosa es cumplir con la forma y otra muy distinta es tener un verdadero plan para gobernar, y eso lamentablemente, sigue sin aparecer”.
El coordinador del PT, Reginaldo Sandoval, subrayó que el Plan Nacional de Desarrollo va en la dirección correcta y exhibe los dos proyectos de nación existentes en México: los que todavía añoran el modelo neoliberal que está en franca crisis y quienes defienden la cuarta transformación respaldada por el pueblo de México.
IOGE