Si se concreta, como hasta ahora parece, la asunción a la dirigencia nacional del PRI del actual Jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Núño Mayer, a varias de sus amistades les gustará mucho esta decisión. En primer lugar a Luis Videgaray, de quien Nuño fue Coordinador de Asesores cuando fue Presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados- y quizás pensando ya en el 2018-; el gobernador Javier Duarte de Ochoa, el diputado federal electo por Tuxpan, Alberto Silva Ramos, y, por supuesto, a quien fuera su jefe en el Senado, Enrique Jackson Ramírez, y a quien -refieren las columnas políticas nacionales- buscó Nuño hacer líder de la bancada priista en San Lázaro, lo que finalmente no logró porque será César Camacho el «bueno». Al que no le va a gustar ni tantito es a Manlio Fabio Beltrones, porque, además, se van a saltar la disposición estatutaria – o le van dar alguna vuelta- de que el elegido debe tener previamente un cargo de dirección partidista, con la que no cumple Nuño.