Hasta antes del proceso electoral por la gubernatura de Nuevo León, en la inmensa mayoría de los estaos de la República, nadie sabía quién era Jaime Rodríguez «El Bronco». Su aparición sorpresiva como candidato independiente a la gubernatura de Nuevo León, su intensivo y profesional uso de las redes sociales, el malestar de los grandes empresarios de Monterrey sobre la reforma fiscal y el gobierno poco transparente de Rodrigo Medina, el que Nuevo León sea un estado predominantemente urbano y otros factores, lograron que hiciera historia al ganar- y de manera contundente- por primera una gubernatura en México por la vía independiente. Personaje controvertido, con lenguaje que usa el pueblo, entrón, directo, con experiencias familiares, personales y políticas de destacar (que llaman la atención durante sus conferencias por el país), y con facilidad para entablar relaciones con personajes de diferentes ideologías («un varón de Dios», le llama su amigo el veracruzano Eduardo Elizondo del Angel), ha conquistado el interés y la simpatía de millones de mexicanos y, aún antes de iniciar su gobierno, varios lo ven como alguien que puede opacar a López Obrador para las elecciones del 2018, si lleva a cabo un gobierno de acuerdo con las expectativas presentadas. En meses, ya es un político destacado en el escenario político nacional.