«La Atenas nuestra a mediados del siglo pasado era una ciudad peatonal y familiar donde el chipi-chipi sentaba sus aguas. Ilustres jalapeños platican con orgullo que la neblina londinense «valía sombrilla» comparada con la propia que no dejaba ver más allá de la nariz a sus habitantes.. Todavía no estaba el Macuiltépetl lleno de tantos colonos, y recorrerlo implicaba ciertos riesgos dada la vegetación exuberante que existía, capaz de ocultar a solitarios mariguanos y a algunas parejitas que buscaban una soledad más que tentadora, y es que entonces todavía no existía el motel de Banderilla». Es parte de lo que escribe Carlos Juan Islas en el «Punto y Aparte» que dirigen Froylán Flores y Benjamín Domínguez.