En octubre del 2000 le solicité audiencia y me la concedió. Llegué puntual a la cita en su oficina de la ciudad de México. Un minuto antes de las 12 del día estaba yo pulsando el timbre de la entrada del edificio. Me recibió el mayor Félix y me introdujo de inmediato al privado de don Fernando.
Charlamos alrededor de una hora, sentados ambos en el sofá, sin escritorio de por medio.
Vicente Fox había ganado en julio de aquel año la presidencia de la república y Gutiérrez Barrios la senaduría.
Le pregunté quién sería a su juicio el siguiente dirigente nacional del PRI y me respondió: Roberto Madrazo es el indicado para el cargo.
–¿Por qué no usted?, le dije.
–Aunque estoy bien de salud, por mi edad ya no me siento como antes. Madrazo será un buen líder del partido, replicó el ex secretario de Gobernación y ex gobernador de Veracruz.
Le pregunté sobre su supuesto secuestro. Implícitamente negó que hubiese ocurrido.
Sin embargo, 14 años después de su deceso, el periodista Edgar Hernández, amigo y cercano colaborador de Gutiérrez Barrios, escribe:
“… desde la estructura de poder le organizaron un plagio el 17 de diciembre de 1997”.
Conversamos sobre las recién celebradas elecciones municipales de Xalapa, de donde fui candidato a alcalde y cuya decisión final estaba por esos días en manos de los tribunales electorales. Pedí su opinión.
–El gobernador de Veracruz hará lo que convenga. Si de mí dependiera, usted, Pepe, sería presidente municipal, expresó afable y caballeroso. Fingí creerle y agradecí el comentario.
Era lunes. Prometió abordar el tema político-electoral con Miguel Alemán y sugirió me comunicara por teléfono el viernes para revelarme lo platicado con el gobernador.
Le hablé el viernes. No se había entrevistado con el gobernador y me dijo que volviera a llamarle el lunes siguiente.
El 30 de octubre por la mañana, cuando me disponía a marcar su número telefónico, me enteré por la televisión que Fernando Gutiérrez Barrios había fallecido.
Me pregunto si en los tiempos actuales, de incontenible inseguridad, este político habría sido capaz de enfrentar con éxito a la delincuencia como cuando fue gobernador, subsecretario y secretario de Gobernación.