Faltan 10 días para que llegue el papa Francisco en su primera visita a México. Se va a encontrar con un país donde 82.7% de sus habitantes se dice católico. Hace sólo unos años atrás, se reconocía como tal más de 95 por ciento. El papa sabe que México sigue siendo la segunda catolicidad del mundo, sólo después de Brasil, que es la primera.

Son 99 millones de católicos, de un país de 115 millones de personas. La gran mayoría practica una religiosidad tradicional que se nutre de ritos y expresiones populares. Una minoría pequeña, que va en ascenso, es cada vez más consciente de su fe y sabe distinguir bien entre ésta y la religión. Estos grupos se preocupan y ocupan en su formación como creyentes. Entre los fieles existen cientos de miles que trabajan de manera voluntaria en la Iglesia, destacan casi 300,000 catequistas.

El papa se va a encontrar con una Iglesia que tiene 170 obispos responsables de 93 diócesis agrupados en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y 12,500 sacerdotes diocesanos, que dependen directamente de los obispos, que están a cargo de 6,750 parroquias distribuidas en todo el territorio nacional. La gran mayoría de ellos, tradicionalistas, porque así han sido formados en los seminarios que siguen las directrices de obispos teológicamente atrasados y conservadores.

La posición conservadora en lo teológico y pastoral no impide que en lo general sea un clero que está comprometido con sus fieles y que vive con austeridad. Esto vale para los sacerdotes, pero también para los obispos. Eso influye en la buena imagen que todavía tiene la Iglesia, que se mantiene como una de las instituciones mejor valoradas y confiables en el país.

El papa se va a encontrar con una Iglesia que tiene 3,900 sacerdotes que pertenecen a alguna institución religiosa, como los jesuitas o dominicos, y 1,700 religiosos que no son sacerdotes, como los hermanos maristas o lasallistas. Y con 28,000 religiosas. Ellas y ellos pertenecen a más de 100 instituciones que incluyen órdenes, congregaciones e institutos, que se agrupan en la Conferencia de Institutos Religiosos de México (CIRM).

Los religiosos dentro de la iglesia jerárquica son el grupo, en términos generales, mejor formado, más ilustrado, abierto y dispuesto al diálogo. Es también el sector más cosmopolita por la presencia internacional que tienen estas instituciones. Siempre hay excepciones reconocidas, como el caso de los Legionarios de Cristo, congregación conservadora y poco ilustrada. En el origen está la historia terrible de su fundador.

El papa se va a encontrar con una Iglesia con claros y oscuros. Con una institución viva y fuerte que tiene una gran presencia en la vida cotidiana. Con una institución que es un factor de poder real. Con una institución que si se decidiera podría hacer mucho más, jugar un papel central, en la lucha por el respeto a los derechos humanos, a favor de los migrantes y en contra de la corrupción, para mencionar sólo algunos grandes temas, hoy presentes en la agenda nacional.